Ocio y cultura
Impresionismo

¿Una pintura o una fotografía?

La influencia de la fotografía en el impresionismo centra la primera gran exposición de la temporada en el Museo Thyssen, 'Los impresionistas y la fotografía'

Pintura de Frederic Bazille, 'Reunión Familiar 1867' (Derecha). Fotografía de Edouard Baldus, 'Chateau de La Faloise 1856 (Izquierda). / Museo Thyssen

Pintura de Frederic Bazille, 'Reunión Familiar 1867' (Derecha). Fotografía de Edouard Baldus, 'Chateau de La Faloise 1856 (Izquierda).

Madrid

Son 66 óleos y más de 100 imágenes traídas desde los museos más importantes del mundo, como el Metropolitan de Nueva York. La exposición explica cuál fue la repercusión que la fotografía tuvo en las pinturas de mediados del siglo XIX. Afinidades e influencias sin dejar de la do la polémica que suscitó su aparición.

Obras de Monet, Degas o Pissarro, que congelaron el aquí y el ahora, plasmando la realidad de una sociedad en constante cambio.

La era fotográfica, que comenzó hace 200 años, cambió por completo la forma de ver el mundo y especialmente la manera en la que los artistas representaban la realidad. "Los impresionistas se educaron y crecieron como artistas con la fotografía ya inventada. Adoptaron la fotografía de una manera más natural", explica Paloma Alarcó comisaria de esta exposición. "Los impresionistas y la fotografía quiere mostrar esa nueva mirada a través de las correspondencias entre los principales fotógrafos franceses del siglo XIX y los artistas que, de una manera u otra, estuvieron vinculados a la creación y el desarrollo del grupo impresionista".

“Los primeros fotógrafos no eran aceptados en la industria del arte, pero conforme fue pasando el tiempo, la fotografía logró dejar de estar asociada a una mera reproducción de la realidad y fue ganando credibilidad artística”, dice Alarcó.

La fotografía le valió al impresionismo no solo como una fuente iconográfica sino también como una inspiración técnica, tanto en la observación de la luz o en la representación de un espacio en concreto como en la explotación de la espontaneidad.

La mayor parte de las imágenes, todas copias de época, están firmadas por Gustave Le Gray, Eugène Cuvelier, Henri Le Secq, Olympe Aguado, Charles Marville o Félix Nadar, confrontados con las pinturas de Édouard Manet, Edgar Degas, Camille Pissarro, Paul Cézanne, Alfred Sisley, Claude Monet, Marie Bracquemond, Pierre-Auguste Renoir y Berthe Morisot.

La exposición, que se puede ver desde este martes y hasta el 26 de enero en el Thyssen, cuenta con préstamos fotográficos de la Biblioteca Nacional de Francia, el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, el Victoria & Albert de Londres, la Sociedad Francesa de la Fotografía o el Prado.

 
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