Estados Unidos anuncia la retirada de sus tropas del Noreste de Siria
El movimiento allana el camino para una ofensiva turca sobre la zona bajo control de de las Fuerzas Democráticas Sirias kurdo-árabes
Beirut
Luz verde de Estados Unidos a una ofensiva turca sobre el noreste de Siria. Tras meses de tensiones entre Washington y Ankara, la Casa Blanca ha empezado a retirar esta mañana sus tropas de esta región bajo control kurdo-árabe, fronteriza con Turquía. Abandona así definitivamente a quiénes fueron sus principales aliados en la guerra contra Daesh, cuya frágil derrota podría revertirse si se desata un nuevo conflicto regional.
El movimiento viene después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo turco, Tayip Erdogan, mantuvieran ayer una conversación telefónica. En un comunicado posterior, la Casa Blanca afirmaba que el ataque turco pronto tendría lugar y que las fuerzas de Estados Unidos no se involucrarían en la contienda, anunciando además su retirada.
Erdogan ya aseguró el sábado que la ofensiva terrestre y aérea era inminente. Su ejecutiva reclama desde hace tiempo el establecimiento de una zona de seguridad a lo largo de la frontera, de unos 30 kilómetros de amplitud dentro de territorio sirio. El mandatario ve la presencia allí de las YPG kurdas como una amenaza interna, por su vinculación con el PKK, un movimiento que ha combatido el Estado turco durante las tres últimas décadas.
Sin embargo, se trataba de una demanda inasumible para las multiétnicas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) ya que incluía muchas de las principales ciudades de la región. Pero además, los planes del presidente turco -acechado por numerosos problemas internos- incluían repoblar esta zona con dos millones de sirios actualmente refugiados en Turquía, lo que supondría un cambio demográfico en la región.
Durante los últimos meses Turquía y Estados Unidos habían estado trabajando en el establecimiento de una zona de seguridad más modesta, incluso estableciendo patrullas conjuntas, pero Ankara criticaba frecuentemente la lentitud con qué avanzaba.
Por su parte, las SDF se sienten traicionadas por un anuncio que les habría cogido por sorpresa. Su portavoz, Mustafa Bali, aseguraba: “No esperamos que Estados Unidos proteja el Noreste de Siria. Pero a las personas de aquí se les debe una explicación sobre el acuerdo para un mecanismo de seguridad, la destrucción de fortificaciones y el incumplimiento por parte de EEUU de sus compromisos”. Durante las últimas semanas, explican las SDF, habrían empezado a desmontar estructuras defensivas y retirado armamento pesado y tropas en algunas zonas fronterizas.
Además, las SDF, que perdieron más de 10.000 milicianos en la guerra contra Daesh, han alertado sobre el riesgo de un retorno de los yihadistas. En un tuit desde su cuenta oficial, aseguraban que la ofensiva podría facilitar “el regreso de los líderes de EI que están escondidos en el desierto (…) al noreste de Siria. Las células islamistas sacarán a sus terroristas de las cárceles (12.000) y campamentos (70.000 familiares) lo cual es una amenaza para la seguridad local e internacional”.
En su comunicado, la Casa Blanca sólo mencionaba que la responsabilidad sobre los prisioneros de Estado Islámico pasaba ahora a Turquía y culpaba a Europa de no haberse querido hacer cargo de sus combatientes. El anuncio ha levantado numerosas críticas y muestras de preocupación dentro y fuera de Estados Unidos.
De concretarse la ofensiva -que según fuentes militares turcas podría retrasarse una semana, hasta la retirada total de los efectivos estadounidenses-, las SDF ya han anunciado que opondrán resistencia. Se desconoce cuál sería su abasto pero en el inmediato precedente, la invasión de Afrin en 2018, las fuerzas sirias bajo tutela turca cometieron actos de limpieza étnica y ya bajo ocupación han establecido un régimen de miedo para la población kurda. Más de 130.000 personas, según la ONU, abandonaron Afrin.