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Backstreet Boys

El drama de los hermanos Carter: enfermedades mentales, drogas y órdenes de alejamiento

Nick Carter, uno de los miembros de los Backstreet Boys, ha puesto una orden de alejamiento contra su hermano Aaron

Aaron Carter en una fotografía acual y en una promocional de su primer disco en 1997 / CADENA SER / Getty

Madrid

Al calor del éxito de los Backstreet Boys, Aaron Carter, hermano pequeño de Nick, comenzó una carrera musical que apuntaba alto. Apenas era uno niño de diez años cuando empezó a dar sus primeros conciertos y a participar, como invitado, en algunos conciertos de la banda de su hermano. Entre 1997 y 2002 grabó cuatro discos de estudio, debutó en el cine y fue pareja sentimental de otras estrellas infantiles como Lindsay Lohan. Pero su carrera se estancó. Dejó a un lado la música y no volvió a grabar un disco hasta 2018, aunque de vez en cuando estrenaba alguna canción.

En 2006 estrenó un reality show donde participaban todos los hermanos Carter. La relación con su hermano Nick era buena en aquellos momentos, pero unos años después comenzaron los problemas. En 2011, el chico entró en la clínica Betty Ford Center para tratar algunos problemas mentales y adicciones. Desde entonces ha encadenado periodos de cierta estabilidad con sonadas crisis. La última ha llegado esta semana después de que su hermano Nick informara a través de las redes sociales que había interpuesto, junto a su hermana, una orden de alejamiento. “A la luz de cada vez más alarmante comportamiento de Aaron y por la reciente confesión de que tiene intenciones de matar a mi mujer embarazada y a mi hijo no nato no me queda más remedio que tomar toda medida posible para protegernos”, ha escrito el músico en sus redes sociales. “Queremos a mi hermano y sinceramente esperamos que reciba el tratamiento que necesita antes de que se produzca algún daño a si mismo o a otros”, añadía Nick Carter.

Poco después Aaron contestaba al comentario de su hermano en Twitter asegurando que nunca había amenazado a nadie. “Estoy horrorizado por esto y no deseo volver a hablar con ellos”, aseguraba.

En una entrevista este mismo mes, Aaron se confesaba y aseguraba que había sido diagnosticado con esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión maniaca y ansiedad. Una confesión que arrojaba algo de luz al comportamiento del músico, que ya tiene una orden de alejamiento de su expareja tras una violenta ruptura y que llevó a la policía a irrumpir en su casa este verano temiendo que el chico se hubiese suicidado. Una alerta que llegó después de que el músico adquiriese una licencia de armas y fuese captado por las cámaras comprando un rifle de asalto y cientos de cartuchos de munición. Un paso más en la caída de aquel niño rubio de aspecto inocente que apuntaba a gran estrella del pop. Un viaje agitado que ha terminado en un drama autodestructivo alejando judicialmente a Aaron de ese hermano que quiso que lo acompañase a la cima de la música.

 
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