La contaminación del aire mata a 30.000 personas en Estados Unidos

Madrid

Respirar una alta concentración de partículas finas es “peligrosa para la salud”, porque genera enfermedades cardiorrespiratorias que, en muchos casos, acaban con la muerte del paciente.

Para demostrar este grave impacto de sólo un tipo de contaminante atmosférico, un equipo internacional de científicos ha analizado los registros sanitarios de la población de Estados Unidos entre los años 1999 y 2015.

Y éste ha sido el preocupante resultado: la concentración más baja detectada de partículas finas fue la responsable de 15.612 muertes en mujeres y 14.757 muertes en hombres.

Además, según este estudio que publica hoy la prestigiosa revista médica “PLOS Medicine”, estas muertes reducirían la esperanza de vida de un estadounidense en aproximadamente 0,15 años para las mujeres y 0,13 años para los hombres.

Regiones más afectadas

 Sin embargo, la pérdida de la esperanza de vida debido sólo a este tipo de contaminación atmosférica fue mayor en Los Ángeles y en algunos estados del sur, como Arkansas, Oklahoma y Alabama.

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Pero todavía hay más. Esta investigación también advierte que la tasa de mortalidad por contaminación del aire es mayor en los condados de Estados Unidos con ingresos más bajos que en los condados con mayor poder adquisitivo.

"Hace tiempo que sabemos que estas partículas pueden ser mortales y este estudio sugiere que incluso en concentraciones aparentemente bajas todavía causan decenas de miles de muertes”, explica el director de esta investigación, Majid Ezzati, investigador de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, uno de los principales centros de investigación del Reino Unido.

Según este experto, las concentraciones de partículas finas en Estados Unidos son generalmente más bajas que en muchas ciudades europeas y esto implica que” también puede haber un número importante de muertes en Europa asociadas con la contaminación del aire".

Causa

 Estas partículas son emitidas, sobre todo, por los coches, las centrales eléctricas y las industrias, y, al ser 30 veces más pequeñas que un cabello humano, son inhaladas por los pulmones y se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades graves, como ataques cardíacos y diversos tipos de enfermedades pulmonares, incluido el asma.

Según los autores de esta investigación, una mayor reducción de la contaminación producida por las partículas finas que emiten los tubos de escape de los coches o las chimeneas de las calefacciones “es probable que beneficie a la salud de toda la población” de los Estados Unidos.