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Francia

Dimite el número dos del Gobierno francés, acusado de organizar cenas de lujo con dinero público

La prensa le ha afeado una reforma de su vivienda y festines con langosta y vino caro a costa de los contribuyentes

El ministro francés de Ecología, Francois de Rugy, en los actos del 14 de julio. / IAN LANGSDON (EFE)

París

François de Rugy, responsable de Ecología y el segundo en el rango del Gobierno francés, ha dimitido antes de responder en el Parlamento de las denuncias de un mal uso del dinero público vertidas por los medios de comunicación.

El ministro estaba en el foco mediático y político desde que el digital Mediapart revelara que, en su anterior puesto como presidente de la Asamblea Nacional, organizaba cenas suntuosas de dudoso interés institucional. Y que al llegar al Ministerio de Ecología, en septiembre pasado, renovó su apartamento —un piso dentro de un Palacio del patrimonio nacional— con cargo al erario público por valor de decenas de miles de euros.

"No quiero someter a mi familia y a mí mismo a este linchamiento mediático”, ha comunicado De Rugy para justificar su dimisión. "La movilización necesaria para defenderme hace que no esté en condiciones de asumir con tranquilidad y eficacia la misión que me encargó el presidente de la República (Emmanuel Macron) y el primer ministro", añadió. Su cese ha generado sorpresa porque el presidente Macron había señalado el día anterior que se investigarían los hechos denunciados, pero que mientras no se probara su culpabilidad no se le podía condenar.

Pero las imágenes publicadas por Mediapart, tomadas por algún invitado a las cenas, en las que se muestra una mesa con decoración festiva, cuatro langostas rojas y vinos valorados en 500 euros la botella, no convienen a un Gobierno que acaba de pasar su peor crisis con la revuelta de los chalecos amarillos.

De Rugy había justificado las cenas a las que su mujer (periodista de una revista del corazón) acudía con representantes de los medios de comunicación, políticos y empresarios, “como reuniones de trabajo informales”.

En Francia, los Ministerios y prácticamente todas las instituciones públicas disponen de grandes chefs de cocina con sus respectivos presupuestos públicos para dar comidas y cenas de representación. Y las bodegas, como las de la Asamblea Nacional, pasan por ser una de las más fabulosas de la República. Pero hasta ahora los comensales habían guardado las fotos de los ágapes como recuerdo.

Al exmilitante de los Verdes, que se unió al partido de Macron, la République en Marche, tras su llegada al poder, se le puede reprochar falta de ética y oportunidad. Pero no se le había acusado todavía de ninguna ilegalidad.

De más dudosa legitimidad, en cambio, es el alquiler del apartamento que el ya exministro alquiló en Bretaña y que según el medio denunciante estaría calificado como “social”. El entonces diputado Verde lo habría adquirido gracias a haber descontado de su sueldo de parlamentario (unos 7.000 euros) la parte que donaba al partido ecologista (como hace cada diputado militante).

 
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