Godín se despide de los atléticos: "El verdadero trofeo es que la afición se sienta orgullosa"
El uruguayo se despidió emocionado de la afición rojiblanca en el Wanda Metropolitano
Diego Godín durante el encuentro ante el Sevilla en el Wanda / GABRIEL BOUYS (AFP)
El uruguayo Diego Godín se despidió este domingo de la familia atlética en el último partido de la temporada en el Wanda Metropolitano donde, tras el empate de los de Simeone ante el Sevilla (1-1), se realizó un acto de homenaje al que ha sido capitán del Atlético de Madrid.
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Sobre el césped, todos los títulos que ha conseguido Diego Godín con la camiseta rojiblanca, y acompañado de sus padres y su mujer, agradeció emocionado estos años como colchonero: "Agradecer a este grupo de jugadores, a la afición, por el camino recorrido y el día a día. El verdadero trofeo es que la afición se sienta orgullosa de la entrega y la pasión con la que defendí esta camiseta" rompiendo en aplausos el Metropolitano con todos sus compañeros aún sobre el terreno de juego.
El encargado de cederle el testigo con el micrófono fue Koke, que quiso despedirse del que ha sido su compañero: "el cariño no es fácil ganárselo, pero tú, derrochando coraje y corazón te lo has ganado".
Despedida con empate ante el Sevilla
El Atlético de Madrid ha empatado este domingo con el Sevilla FC (1-1), con goles de Koke y de Sarabia por cada bando, en un partido de la 37ª y penúltima jornada de LaLiga Santander, con grata despedida casera a Diego Godín e igualmente dejando a los sevillistas pendiente de carambolas para ocupar puestos de Champions League.
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En su irregular final de curso, el conjunto que entrena Joaquín Caparrós firmó su tercera jornada seguida sin vencer. Para más inri, solo ha conseguido cautro de los últimos 15 puntos posibles y se ha quedado con 56, a falta de una 38ª jornada donde necesitaría suerte y pericia para superar a Valencia (58) y a Getafe (58).
Y es que a los hispalenses les faltó tensión para sacar mayor tajada, especialmente en la primera mitad del encuentro. Casi a ritmo de pachanga, el Atleti manejaba el balón sin verse inquietado y además incordiaba la portería rival gracias al ímpetu de Álvaro Morata, autor de un par de remates sin tino.
Destacaba sobre todo el conjunto rojiblanco en los ataques aéreos, merced a un par de córners que solventó bien la defensa visitante junto a su guardameta, Tomas Vaclík. Mientras, su homólogo Jan Oblak apenas tenía trabajo en el lado opuesto de un Wanda Metropolitano con aroma cuasi veraniego y pendiente de amarrar matemáticamente el subcampeonato.
Hizo sonreír a las gradas el 1-0, obra de Koke Resurrección a la media hora. Durante un contragolpe, el centrocampista vallecano se plantó en la frontal del área sevillista y, a falta de apoyos claros para dar un pase, decidió tirar por abajo; con fortuna, su lanzamiento tropezó en la pierna de Simon Kjaer y desvió la trayectoria del balón, sin opciones para que Vaclík reaccionara a tiempo de despejar.
Poco movimiento más antes del descanso, salvo un cambio obligado en las filas visitantes por una lesión del mediocampista francés Maxime Gonalons. Su compatriota Antoine Griezmann, en las filas de enfrente, había pasado bastante desapercibido en una semana de rumorología por un posible interés del FC Barcelona, otra vez, en ficharlo.
Al regreso de los vestuarios, Griezmann comenzó enchufado con una galopada que terminó en asistencia hacia atrás para que rematase Thomas Partey. Pero ese disparo del ghanés se marchó desviado cuando lo tenía casi todo a favor para marcar, como metáfora de su gris temporada.
Aunque eso igualmente servía de aviso a navegantes, pues el Sevilla estaba a la deriva y con Roque Mesa naufragando en la medular. Incluso se le anuló un tanto al delantero argentino Ángel Correa, debido a un fuera de juego muy protestado y que, para desgracia del Metropolitano, corroboró el VAR.
Cuando menos parecía que los pupilos de Caparrós iban a reaccionar, llegó el 1-1 (min. 69) desde la bota izquierda de Pablo Sarabia. Su compañero Franco Vázquez había puesto un centro muy alto al segundo palo, y el '17' sevillista aprovechó un despiste de la defensa local para conectar una semivolea que entró en la portería de forma agónica tras rozar el balón en un jugador del Atleti.
El propio Oblak salvó el segundo tanto visitante con una gran parada a bocajarro en el tramo final de un partido con vaivenes y sin excesiva puntería, cuyo colofón fue el previsto homenaje al central charrúa Godín tras el pitido final del árbitro De Burgos Bengoetxea.
