Si el debate de ayer no tuvo un ganador claro entre los politólogos, en Twitter obtuvo un consenso casi unánime: dos ganadores y dos perdedores. Este informe de campaña manejó ayer una muestra de más de 117.000 interacciones en forma de tuiteos, retuiteos y menciones, entre las 22.00 horas y las 23.30 horas. Casi la mitad de estos mensajes fueron analizados de forma automatizada para detectar si escondían aceptación o rechazo, apoyo o reproches a cada uno de los candidatos. Y el análisis arrojó un resultado agridulce: Por un lado, Pablo Iglesias y Pablo Casado consiguieron encontrar una posición cómoda entre los tuiteros y acabar el debate con un balance positivo entre los comentarios a favor y en contra. Rivera y Sánchez, por su parte, soportaron buena parte de los reproches de la red social y acabaron con un desequilibrio hacia los comentarios desfavorables. Al desmenuzar estos resultados en tramos de cinco minutos pueden apreciarse los momentos más cómodos y más duros de cada uno de los candidatos en el transcurso del debate. Momentos que fueron especialmente críticos en el caso de los candidatos de PSOE y de Ciudadanos, que en la segunda parte de este encuentro protagonizaron varios enfrentamientos a cuenta de los casos de corrupción en Andalucía y de las negociaciones del Gobierno con los independentistas. El tono agresivo de Rivera y, sobre todo, su elocuente intervención en el minuto de oro le valieron una buena dosis de burla en forma de memes entre unos internautas que usaron la palabra «silencio» para referirse a él, la misma que el político utilizó en su discurso final: «¿Lo escuchan? Es el silencio. El silencio que nos heló la sangre a millones de españoles cuando los separatistas quisieron romper nuestro país en Cataluña» [VIDEO]. Y con muchas palabras y muy poco silencio se expresaron los tuiteros para referirse a los candidatos: En conclusión, dos ganadores y dos perdedores en un encuentro en el que Twitter amplificó sus diferencias. El análisis del debate de esta noche nos permitirá saber si estos resultados han sido coyunturales o parte de una tendencia más sólida que podría tener reflejo en las urnas.