El Supremo prohíbe que la nueva pareja de una persona divorciada ocupe el domicilio familiar
Mientras no se disuelva el régimen de gananciales y la casa deje de ser de los dos
El alto tribunal resuelve el caso de un matrimonio de Valladolid
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Madrid
El Tribunal Supremo ha establecido que la nueva pareja estable de una persona divorciada y con hijos no podrá usar el domicilio familiar, al menos mientras siga siendo propiedad de los dos progenitories y no se liquide la sociedad de gananciales. Esa circunstancia, dicen los jueces de lo civil, provoca que la casa pierda su carácter familiar.
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El pleno de la sala primera llega a esta conclusión resolviendo el caso de un matrimonio de un pueblo de Valladolid: se divorciaron y la mujer se quedó en la casa familiar con los dos hijos pero al tiempo su nueva pareja estable empezó a vivir en el domicilio. Para la Justicia, esto hace perder el carácter familiar de la casa, que es lo que justifica su derecho a quedarse en él.
En este caso por tanto el carácter familiar "ha desparecido" y la problemática se debe resolver disolviendo definitivamente la sociedad ganancial y decidiendo si la casa se queda en manos de uno solo, si la nueva pareja compra la parte proporcional o si lo venden a una tercera persona. "La introducción de una tercera persona hace perder a la vivienda su antigua naturaleza por servir en su uso a una familia distinta y diferente".