España mostró su mejor cara contra Canadá y, despojada de la presión del anfitrión, exhibió su versión más combativa para vencer a las americanas y plantarse en semifinales con una actuación pletórica. Este sábado espera Australia y luego, las medallas. El camino hacia el triunfo no fue nada fácil. En un partido de tanteador bajo en sus compases inaugurales y en el que primaron las defensas, al combinado español le costó sobreponerse a los nervios y el exceso de responsabilidad. Anotó un triple muy pronto pero luego se quedó atascado su marcador por largo rato. Eso sí, cuando empezaron a entrar las canastas, lo hicieron a borbotones. Con todo y pese a la buena cara que mostraban las españolas, la distancia al descanso era tan solo de dos puntos (27-29). Con el partido absolutamente abierto, hacía falta un esfuerzo adicional para amarrar el triunfo, para el que iba a ser clave atar en corto a la gran fuente anotadora de las americanas: Nurse, que se había destacado como la mejor de las suyas en toda la fase previa. España lo consiguió hasta el descanso, luego ya no tanto. En la selección, Mondelo optó por repartir los minutos. El protagonismo anotador fue para casi todas, si bien sobresalió una Astou Ndour muy enchufada desde los compases inaugurales. Así, al intermedio ya sumaba siete puntos. Espoleada por un Santiago Martín a rebosar, España salió de vestuarios con la intención de abrochar su pase a semifinales por la vía rápida. No lo tuvo fácil. Las pérdidas de balón fueron la gran cruz de las locales, que llegaron con el partido en un pañuelo al segmento decisivo. A falta del último cuarto, ganaba Canadá por tres puntos tras conceder los árbitros un muy discutido 2+1. Los ultimos minutos fueron trepidantes. Las de Mondelo descorcharon su versión más combativa y eficiente hasta romper el encuentro. Seis puntos de renta (50-56, 33) eran un potosí en un partido tan reñido. Y España los aprovechó para llegar por delante al final. Tenerife lo celebró por todo lo alto.