“Asumí el reto de trabajar con gente de distintas culturas y creo que he aprobado”
Juan Chamorro Perez es ujier en el Parlamento Europeo. Llegó con 32 años, coincidiendo con la entrada de España en la Europa de los doce, que tenía poco que ver con la actual, en la que la Eurocámara cuenta con 751 diputados para los que él trabaja. Juan ha cumplido aquí los 58, y sin perder su fe en el proyecto europeo.
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Juan Chamorro, ujier en el Parlamento Europeo / Griselda Pastor
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Bruselas
“Creo que en esencia el trabajo es el mismo pero las formas han cambiado muchísimo. El papel ya apenas existe. Los grandes carros en los pasillos con las cajas metálicas llenas de documentos han pasado a la historia y hoy estamos más cerca de los eurodiputados que son más, muchos más porque cuando yo entré no eran ni la mitad”, reflexiona Juan Chamorro echando la vista atrás.
Los debates no asustan a este ujier, satisfecho de poder cooperar para que sea posible hablar “de los grandes problemas que nos afectan a todos como ciudadanos”. Un ujier convencido que “los contenidos son cada vez más variados, más profundos y los diputados defienden sus programas cada vez con más vehemencia”.
La llegada de la derecha radical y anti europea ha complicado un poco su trabajo porque alguna vez le ha tocado pedir a un diputado que abandone la sala. “Nosotros estamos sometidos a la disciplina que fijan los presidentes de las comisiones parlamentarias. Ellos determinan el orden de las reuniones y si piden que advirtamos a algún diputado que su comportamiento no es adecuado, o incluso que le impidamos el paso si están ya sancionados, lo tenemos que hacer aunque no es siempre gratificante”, explica.
Eleftherios Synadinos, de la formación ultra griega Amanecer Dorado, fue expulsado del hemiciclo hace dos años por sus insultos racistas contra Turquia. Lo mismo le ocurrió al británico Godfrey Bloom unos años antes, en su caso por acusar a Martin Schulz, por entonces aún eurodiputado, de “fascista no democrático”. Y algo similar vivió el eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, sancionado por justificar la brecha salarial entre hombres y mujeres manteniendo que éstas eran “inferiores”.
Son casos aislados que sin embargo han quedado en la memoria de muchos ciudadanos como momentos de máxima tensión parlamentaria, aunque Juan Chamorro explica que “aunque pueda parecer contradictorio, los diputados son bastante disciplinados y si saben que no deben, aunque intenten pasar, por ejemplo, una vez sancionados, ya prevenidos y advertidos, se dan media vuelta y no discuten”.
El dia a dia de Juan discurre entre salas de reuniones y delegaciones parlamentarias, poniendo orden, distribuyendo los documentos, y acomodando a diputados y visitantes, que cada vez son más. Lo cuenta con satisfacción, dando por hecho que su presencia es buena prueba de la importancia que va tomando el Europarlamento en el día a día de los ciudadanos europeos.
Acompañado por dos jefes del Servicio de Ujieres del Parlamento Europeo, Juan habla con la Cadena SER pendiente de si sus respuestas cuentan con la aprobación de unos superiores con quienes comparte especiales recuerdos de muchos años de trabajo. Desde el pañuelo que les dió el Dalai Lama hasta la ceremonia de homenaje a Helmut Kohl. Se celebró el primero de julio del 2017 en Estrasburgo. Junto a Macrón y Merkel se dieron cita el ex presidente español Felipe Gonzalez e incluso Bill Clinton. Fue “una ceremonia muy sentida”, recuerda Chamorro, consciente de haber vivido la Historia del proyecto europeo desde una de las primeras filas. Quizás por esto no le teme al futuro, convencido de que “Europa siempre se ha repuesto de las incertidumbres. Siempre”.
Su próximo reto será la composición del Parlamento Europeo tras las elecciones de mayo del 2019. Las primeras encuestas indican que la ultraderecha puede crecer aún más, pero él mantiene su confianza porque “con Europa no hay que tener miedo, Europa no es nunca un problema, sino una oportunidad”.
Dice que en su trabajo ha aprendido el valor de la tolerancia, forjada en muchas horas de reuniones que le hacen afirmar que aunque haya momentos tensos y aunque sea cambiante la realidad política, él sigue viendo su futuro con Europa: “Por supuesto, con el Parlamento, con el mismo interés, la misma vocación y prestando el mismo servicio; con la misma empatía y con el mismo interés”.
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Juan Chamorro, ujier en el Parlamento Europeo desde hace más de 25 años