La oposición acusa al Elíseo de organizar una policía paralela
Interior y el prefecto se desentienden del guardaespaldas de Macron
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Presidente de la República de Francia Emmanuel Macron. / Philippe Wojazer (Reuters)
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Francia
El "escándalo Benalla" apellido del guardaespaldas del Presidente de la República, Emmanuel Macron, pone contra las cuerdas al Ministro del Interior. El prefecto también se desentiende de las acciones violentas del guardaespaldas , "bajo la autoridad jerárquica del Elíseo". Todo apunta a que ambos pagarán el precio político por "las disfunciones" entre funcionarios. La oposición de derechas e izquierdas teme que este sea tan solo el iceberg de una "policía paralela" que actúa sin el paraguas de Interior.
Dos horas y media de comparecencia del responsable de Interior, Gerard Collomb ante la Asamblea Nacional no han bastado para esclarecer por qué Alexandre Benalla, responsable de seguridad de los desplazamientos del Presidente francés, disfrazado de policía, golpeó a varios manifestantes el pasado primero de mayo. Ni cómo este individuo hoy imputado por cinco delitos consiguió la autorización para ponerse casco y brazalete policial y luego secuestrar los vídeos que le delataban.
Tampoco el prefecto ( delegado del Gobierno), dependiente de Interior, interrogado después por los diputados puso luz al que la oposición francesa denomina ya "escándalo de Estado".
La oposición en su conjunto reprocha al "primer policía de Francia" sus lagunas de memoria e inacción, porque sólo intervino tras difundirse el 18 de julio los vídeos sobre la manifestación.
"El ministro del Interior no sabía nada, todo se hace a sus espaldas, ni siquiera conoce al señor Benalla que es responsable de la seguridad del presidente de la República" indicó Olivier Faure secretario general del partido Socialista.
La ultraderechista Marine Le Pen ha ido más lejos y ha acusado a la presidencia de la República de proteger a "una policía paralela organizada al margen del Ministerio del Interior".
Collomb justifica no haber avisado a la fiscalía de los presuntos delitos cometidos por el asesor de Macron, porque correspondía en su opinión al Elíseo y a la prefectura, actuar contra Benalla . El ministro ha llegado a decir que el colaborador de Macron obtuvo una promoción y permiso de armas pese a que había sido denegada varias veces por su departamento.
"Compadreo Malsano"
El prefecto Michel Delpuech admitió que fue su organismo el que concedió el permiso de armas "en el marco de la regulación por su función como miembro del personal de seguridad del Presidente de la República". Y por sugerencia de la Dirección del Gabinete de Macron , lo que "no consideró una presión" política.
Benalla fue imputado este fin de semana junto a tres policías y Vincent Crase, un militante y empleado del partido de Macron, 'La Republique En Marche'. El prefecto calificó la relación de todos ellos de "compadreo malsano", pues los policías fueron los que le copiaron y proporcionaron a Benalla las imágenes de videovigilancia que lo implicaban, después de que la prensa revelara su identidad.
Collomb, que calificó los hechos de "inadmisibles y sancionables" sólo encargó una investigación interna a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) el 19 de julio, un día después de la publicación del controvertido vídeo por el diario Le Monde. En esa grabación, se justificó, había "elementos nuevos", en particular que Benalla llevaba distintivos de policía algo que no está previsto para los "observadores". Aseguró que él "nunca fue informado" de que Benalla, de 26 años, y Crase, habían solicitado y recibido autorización para estar como "observadores" junto a las fuerzas del orden en las manifestaciones del Día del Trabajo.