Infinito Iniesta dice hasta luego a su manera, ganando

22 años, 32 títulos e infinitas emociones después, Andrés Iniesta ha jugado su último partido con la camiseta que ha defendido durante toda su carrera. Un jugador que ha ganado 32 títulos y muchas finales, en la gran mayoría de las cuales ha sido decisivo, nadie olvida Stamford Bridge, ni París, ni el Metropolitano… 22 años después Iniesta se ha despedido como ha construido su leyenda: ganando.

Con nada por decidir ni la Real Sociedad ni el Barcelona metieron todas las marchas y eso dio posibilidad a que se vieran muchas llegadas, sobre todo durante la primera parte. Iniesta, emocionado ya antes de comenzar el encuentro, pidió el balón en todas las jugadas, quería participar en cada ataque de su equipo y se le vio extremadamente activo. En el 5’ piso área dejando a Suárez un buen balón, que no pudo rematar, en el 9’ estuvo a punto de marcar con un disparo de la frontal que estrelló en el lateral de la red, hasta de cabeza las ganaba el ocho tumbado. En esas, también la Real Sociedad asomó el área blaugrana, pero ni Januzaj en los primeros minutos, ni Willian José poco después ni Oyarzabal en el 29’ acertaron en sus disparos. No estaba fino el ataque de la Real, a la que incluso le anularon un gol por un muy ajustado fuera de juego de Juanmi.

El que acertaría sería el Barcelona. No sería Iniesta sino el jugador al que deja el relevo de la magia y que tendrá que afrontar la durísima tarea de sustituir al insustituible. Y lo hizo, Coutinho, de su forma preferida, como se recuerdan decenas de goles suyos: escorado al perfil izquierdo, toque para dentro y con el empeine interior al palo largo con efecto, que acabó, como casi siempre, en el fondo de la red.

Antes, en el 52’ era sustituido Dembelé en favor de Denis Suárez. No sabemos hasta qué punto tuvo que ver la durísima entrada de Raúl Navas por la que debió haber visto la expulsión en el 41 de la primera parte. El francés, que jugará el Mundial, se reincorporó con soltura, por fortuna.

Tras el gol de Coutinho bajarían aun más las pulsaciones de los equipos, más allá de esporádicas ocasiones de ambos conjuntos. No había tiempo para fiestas, era un momento feliz pero triste a la vez, eran los últimos minutos de Iniesta. En el 80' Iniesta dijo hasta luego al Barcelona y lo hizo con cara de gran tristeza y posteriormente lágrimas en el banquillo. Abrazado por todos y coreado por el Camp Nou, su casa, que nunca le olvidará.

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Quedaría todavía una facción más de emotividad: la de los últimos minutos de Xabi Prieto con su camiseta, también, de toda su vida. El capitán, tocado, ya se despidió de su afición la pasada semana con un homenaje a la altura de su fidelidad al club y en el Camp Nou disputó sus últimos cinco minutos con la Real.

El Barcelona de Iniesta pone fin a la temporada con victoria, una temporada liguera casi perfecta con solo una derrota, con 14 puntos de diferencia sobre el segundo y campeón cuando aún quedaban 12 puntos, tres jornadas por disputar.