Fernando Torres dice adiós con un doblete

Madrid

Fernando Torres dijo adiós al Atlético de Madrid en su último partido en el club con un doblete frente al Eibar que terminó en empate (2-2) gracias a los goles de Kike García y Rubén Peña. Los de Simeone, matemáticamente segundos, dejaron un punto en el Wanda en un partido lleno de homenajes al 'niño'. 

Fernando Torres se despedía hoy de su club de su vida en su casa. El Wanda Metropolitano despedía hoy a uno de sus míticos jugadores y la afición colchonera estuvo a la altura. Antes del partido, la hinchada rojiblanca pudo despedirse de ‘su niño’ con una increíble ovación y muchos gestos de cariño.

Sin embargo, la mejor despedida posible era que Torres marcase un gol en su día. La primera oportunidad vino pronto: en un cara a cara con Dmitrovic, Torres disparó mordido al segundo palo, pero el balón se fue rozando el segundo palo.

Los jugadores atléticos también estaban haciendo su propia despedida: en los ataques buscaban el gol del niño una y otra vez. Juanfran y Saúl lo intentaron, pero el Eibar no lo estaba permitiendo. Precisamente cuando el Atleti llamaba al gol, Kike García batió a Oblak desde dentro del área y estrenó el marcador.

Pero la ocasión lo merecía y al final lo que todo el mundo esperaba pasó: el gol más ansiado de Torres llegó. Correa pilló un balón largo en una contra y, solo ante Dmitrovic, se la pasó a Torres que remató y puso el empate. El niño celebró con su afición su posible último gol en el Atlético de Madrid.

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Tras el pase por vestuarios, el Eibar recuperó las ganas de gol. Un tiro de Orellana que no despejó la zaga rojiblanca terminó en un balón suelto en el área que terminó sacando Gabi. Luego, Dani García no acertó un remate que le dio Orellana.

Como la ocasión lo merecía, el Cholo sacó todo el despliegue de medios en ataque: Torres, Griezmann -con algunos pitos- y Costa querían más gol. Y dicho y hecho, un minuto después de la salida del francés, Torres siguió demostrándole al Wanda cuánto le iba a echar de menos con su gol. Empezó la carrera, se fue de Oliveira y de Dmitrovic y la picó cruzada. Fernando Torres marcó el segundo y ni lo dudó: superó la barrera y fue a celebrarlo con la grada, sin importarle la sanción.

Álvarez Izquierdo no entendió el romanticismo del fútbol y sancionó a Torres. Un minuto más tarde, Lucas Hernández vio la segunda amarilla por una obstrucción a Iván Alejo. Simeone sacó a Giménez por Vitolo y el Eibar no tardó en aprovechar la desventaja rojiblanca. No tardó ni diez minutos en poner el empate. Un cañonazo con la derecha de Rubén Peña encajó la escuadra y Oblak, que metió la mano, no lo consiguió. 

No todo fue bonito en la despedida de Torres. Griezmann se mostró molesto con la afición que le pitaba cada vez que tocaba el balón y fue Godín quien se acercó a la grada para pedir más apoyo, a lo que se unió Simeone. Según informó Carrusel Deportivo, el argentino le dijo a uno de los aficionados “animad, que se queda”.

La recta final del partido se le hizo muy cuesta arriba al Atleti. La presión del Eibar era cada vez mayor y llegaban con relativa facilidad a la portería de Oblak. Un tiro de Escalante raso lo interceptó el guardameta y otro de Kike García se fue desviado.

Así, en una lucha calmada por el tercero, llegó el final y terminó el último partid de Fernando Torres con el Atlético de Madrid. El niño se despidió de la mejor manera posible: con un doblete. 

La afición dice adiós

Tanto desde el propio club como por parte de la afición, muchos fueron los gestos de cariño hacia Torres. Primero, con una camiseta gigante en la que podían incluir cualquier mensaje de despedida.

Además, la grada rojiblanca enseñó un tifo en el que se leía “de niño a leyenda”. Pero para hacer el adiós aún más redondo, también recolectaron todas las camisetas de Fernando Torres a lo largo de su carrera.

En una emotiva salida al campo como capitán, Torres se llevó a sus hijos al centro del campo para despedirse por última vez del Wanda. Y cuando por fin comenzó el partido, la ovación fue general. El espíritu del Calderón inundó el Wanda para despedir al niño.