Francia acerca los presos vascos sin alharacas
París asegura que sólo aplica la ley, sin medidas especiales
Manifestación en París por el acercamiento de presos.(EFE)
París
El cese del terrorismo, la entrega de armas y el proceso de paz iniciado por los colectivos vascos a uno y otro lado de la frontera han desembocado en algunas señales de los Gobiernos franceses. Pero sin alharacas. La última declaración explícita fue en abril de 2017 todavía, en la presidencia de François Hollande con ocasión de la entrega de armas de la organización terrorista en el sur de Francia.
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“La neutralización de armas y explosivos es un gran paso”, afirmó el titular de Interior Mathias Fekl. Insistía el ministro en que el pensamiento de Francia, en primer lugar, está con las víctimas.
Pese a esa escenificación del arsenal etarra , el comandante de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), Laurent Hury, declaraba meses después ante el Tribunal de lo Criminal de París, en el juicio de dos militantes, que “ETA no había entregado todas las armas y municiones”.
Además se desconoce el paradero de un 20% de las pistolas que un comando etarra robó en Vauvert, al sureste de Francia, en 2006. Tampoco se ha requisado todo el material susceptible de ser utilizado para fabricar artefactos explosivos o para falsificar documentos falsos de identidad, afirmaba el comandante.
“Si no hacemos nada el último prisionero vasco saldrá de la cárcel en 2050"
Hurry afirmó también que "no tenemos ninguna señal de que la organización vaya a desenterrar el hacha de guerra". En febrero de este año, ya con otro Gobierno bajo la presidencia del socio liberal Emmanuel Macron, se producían los primeros acercamientos de presos españoles al País Vasco francés. La actual ministra de Justicia, Nicole Belloubet, aseguró a Madrid que esta iniciativa "se han tomado en estricta aplicación de la legislación francesa, no hay ninguna medida singular ni colectiva".
El departamento de Belloubet ha recibido en los últimos meses a varios representantes de los distintos colectivos de víctimas del terrorismo. A los militantes vascos y a los que acompañan el llamado “proceso de paz” no les parece suficiente. “El fin de ETA es el momento en el que la cuestión de los prisioneros tiene que ponerse sobre la mesa para acabar con el régimen carcelario de excepción, tanto en Francia como en España”, opina Jean-Noël Etcheverry ( «Txetx»), uno de los ideólogos y activistas del desarme. “Si no hacemos nada el último prisionero vasco saldrá de la cárcel en 2050. ¿cómo se puede construir la reconciliación con tal perspctiva”, se pregunta el militante vasco-ecologista.
Más radical todavía el alcalde de Bayona. "El final de ETA no garantiza una paz irreversible. Si queremos terminar con el último conflicto armado en Europa occidental, debemos construir la paz asociando las víctimas y los prisioneros” declaró Jean-René Etchegaray a la agencia AFP.
En las prisiones francesas hay todavía 51 miembros de ETA, de los cuales unos cuarenta han solicitado su acercamiento a cárceles cercanas a la frontera española para facilitar las visitas de sus familias.
