La Costa Dorada pasa página tras los sucesos de Cambrils y a pesar del procés
Confía en la vuelta a la normalidad tras un 2017 de récord turístico
Madrid
Si en algún sector ha incidido el procés de Cataluña ha sido en el turístico, que ya venía tocado tras el golpe de los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils en pleno mes de agosto. Si Barcelona ha sido el destino urbano que ha sufrido el mayor impacto, la Costa Dorada -en el litoral tarraconense- tenía todos los números para ser el enclave litoral más afectado. A la repercusión mediática negativa de los sucesos vinculados al proceso independentista sumaba el hecho de que Cambrils es uno de sus principales focos de atracción.
Marta Farrero, directora del Patronato turístico de la Costa Daurada, reconoce el impacto inicial del atentado de Cambrils. "Tuvimos un impacto de unos quince días más o menos, pero luego la verdad es volvió ya a su normalidad, y sigue funcionando como el resto de los destinos de la Costa Dorada, como Salou, Vilaseca-La Pineda o Tarragona". Remarca que el procés apenas tuvo un reflejo negativo en sus índices de ocupación: "Ha tenido un impacto muy grande a nivel de Barcelona. Pero a nosotros como destino turístico realmente no nos ha afectado. En los meses de octubre y noviembre ya teníamos el final de la temporada contratado previamente. Y esta temporada todas las reservas y las ocupaciones previstas son las normales para esta época".
2017 de récord
Con sus 150.000 plazas turísticas -en todo tipo de alojamientos reglados- la Costa Dorada espera repetir al menos los datos de 2017: "año récord -destaca Farrero- con 5,5 millones de turistas y 22 millones de pernoctaciones, con un aumento del 5% interanual", a pesar de los impactos negativos del segundo semestre.
Tradicionalmente la afluencia de españoles y extranjeros se reparte prácticamente al 50%, con un ligero predominio de los extranjeros, explica Marta Farrero. Los franceses -dice- siguen siendo los extranjeros más numerosos, Marta Farrero, pero prácticamente al mismo nivel que los británicos. Les siguen belgas y rusos.
Si durante años la imagen de la zona ha estado muy marcada por el "turismo de fiesta" de Salou, Farrero insiste en que eso es ya cosa del pasado, y que ese destino se ha reconvertido en un enclave de turismo familiar, respaldado por sus playas tranquilas y la proximidad de Port Aventura.