El Tribunal Supremo confirma 70 años de cárcel para el pederasta de Ciudad Lineal
El alto tribunal confirma la condena que la Audiencia Provincial de Madrid impuso a Antonio Ángel Ortiz por abusar de cuatro niñas pequeñas en la capital: también tendrá que indemnizar a las víctimas con un total de 425.000 euros
Madrid
El Tribunal Supremo ha decidido confirmar la condena de 70 años y 6 meses de cárcel que la Audiencia Provincial impuso a Antonio Ángel Ortiz, conocido como el pederasta de Ciudad Lineal, por abusar sexualmente de cuatro niñas menores de edad entre 2013 y 2014. También confirma los más de 400.000 euros que tendrá que pagar en indemnizaciones a sus víctimas.
La decisión de los jueces del alto tribunal llega después de que la Fiscalía hubiese solicitado confirmar la pena a este hombre que, ahora sentenciado en firme, abusó de cuatro niñas en distintas zonas de Madrid entre septiembre de 2013 y agosto de 2014 poniendo en jaque a las fuerzas policiales para ser detenido finalmente en Santander en el marco de la conocida como 'operación Candy'.
Los jueces del Tribunal Supremo avalan el testimonio de las víctimas, niñas menores de diez años de edad, así como también "la metodología empleada por el acusado" y, sobre todo, las pruebas de ADN. La sentencia lanza también una crítica velada al Ministerio del Interior, por haber hecho pública inmediatamente la identidad del sospechoso nada más ser detenido, pero negando que eso influyese, por ejemplo, en las víctimas a la hora de identificarle.
De Rioconejos a Gomeznarro
La cacería del pederasta de Ciudad Lineal causó una psicósis en esta zona de Madrid, hasta tal punto que varias personas llamaban a la Policía desde distintas cabinas de teléfonos asegurando ser el autor de las violaciones, con los investigadores incapaces de descubrir al verdadero pedófilo: su forma de embaucar y abandonar a las niñas después de las agresiones complicaron su identificación. Para cuando cometió estas agresiones ya tenía antecedentes penales por raptar a una niña y abusar de ella, por lo que pasó varios años en la cárcel de Navalcarnero.
La primera agresión se produjo en septiembre de 2013 en el barrio de San Blas: Ortiz raptó a una niña en un parque infantil de la calle Rioconejos y después fue abandonada cerca de la para de metro de Simancas. La segunda agresión tuvo lugar en abril de 2014 cuando engañó a otra niña en la calle Cidamón con la excusa de ir a comprar ropa, abusando de ella en su piso de la calle Santa Virgilia y abandonándola en el metro de Canillejas. La tercera fue dos meses más tarde en Ascao para después abandonarla algo más lejos, en la calle Jazmín, y la última en agosto de ese año en la calle Gomeznarro.
Razonamientos "impecables"
Ortiz fue finalmente arrestado en Santander, donde había huido para esconderse en casa de un familiar al saberse asediado por las fuerzas policiales, durmiendo en un colchón en el salón. Los jueces del Tribunal Supremo avalan en su totalidad la condena impuesta por parte de la Audiencia Provincial, hablando entre otras cosas de unos razonamientos "impecables" y de un "sólido cuerpo probatorio" contra él.
Los magistrados de lo penal rechazan el principal argumento de defensa de Ortiz: que la publicación de su identidad incluso antes de su primera declaración judicial influyese en el proceso y llevase a las niñas a identificarle. "Ni la censurable locuacidad del máximo responsable de las fuerzas policiales, ni la anticipada autoría proclamada en rueda de prensa" influyeron en el proceso, dicen los magistrados, poniendo también en valor el trabajo del letrado Cristóbal Sitjar, abogado de oficio que ha defendido a Ortiz "con una dignidad profesional ciertamente loable".