Los duelos Madrid-Mourinho ya producen indiferencia
Los jugadores blancos y el técnico portugués no sienten nada especial por verse de nuevo las caras, y sólo algunos nostálgicos añoran una época casi olvidada
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José Mourinho, durante un entrenamiento con el Real Madrid / EFE
![José Mourinho, durante un entrenamiento con el Real Madrid](https://cadenaser.com/resizer/v2/OSEQLPMLSRNNHPPJTEPFDW4NZQ.jpg?auth=3ed5004a82675e3d91b65f0bf4e2a7ed974af4e7634ab9601d924dc39521edd5)
Los Ángeles
"¿Os produce morbo enfrentaros a Mourinho?", le preguntaba Carlos Forjanes a Marcelo días antes de medirse al United en esta pretemporada. La pregunta es buena y la respuesta del brasileño, mejor. Pone cara de indiferencia, juega con no entender el significado de la palabra morbo, y agradeciendo lo que el técnico hizo por él, deja claro con sus gestos algo que todos sienten en el vestuario: Ya no hay rencor, la era Mou está olvidada.
Minutos después, a escasos metros, se le cuestiona a Mourinho por lo mismo. "No me produce morbo jugar ante el Real Madrid", responde con rostro serio y expresión amable, mucho más relajado que cuando era el jefe supremo de Valdebebas. Nos acercamos a él para saludarle y se muestra cercano, charlando mano a mano con educación camino del carrito de golf que le lleva por el campus de UCLA, dejándonos ver su cara más familiar.
Con estas dos respuestas se demuestra algo que muchos saben pero no todos quieren reconocer. Los años de Mourinho en el Madrid son pasado y nadie los añora, ni el entrenador ni los que fueron sus pupilos.
!["Me voy con la conciencia tranquila de quien se dejó la piel"](https://cadenaser.com/resizer/v2/NBD3Y4UNS5MMZDT3W764XN4NT4.jpg?auth=d3bce5751175b03c12194588dc0e1826d23b456eed6db8bda39acc4cb69c00f6&quality=70&width=360&height=202&smart=true)
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Sólo los más nostálgicos recurren a episodios antiguos para hacer continuas comparaciones. El resto de los mortales han borrado aquello de su mente, o al menos lo negativo. Ni el vestuario de Zidane piensa en Mou ni el de Setubal muestra un sentimiento especial por el club de Concha Espina. Las malas formas mutan en buenas palabras y a todos les ha ido bien por separado.
La indiferencia que ansían reflejar ambas partes es la mejor prueba de que lo malo se olvida rápido, con los años solo queda lo bueno, y el Madrid se ha hecho más grande sin Mourinho igual que él ha triunfado más en el resto de clubes en los que ha estado que en el propio Madrid.
Dice José que ha pedido permiso para visitar alguno de los entrenamientos de Zidane en estas semanas que comparten instalaciones en California. Y seguro que es verdad, y seguro que se lo han concedido. Porque pasan las temporadas y el fútbol sigue, las personas seleccionan los recuerdos y ni Mourinho fue tan malo ni su Madrid tan bueno. Sencillamente no hay rencor, algo para celebrar.
Los futbolistas a los que dirige hoy en Old Trafford hablan bien de él, es la máxima estrella del club junto a Pogba como se puede apreciar en las firmas de autógrafos posteriores a cada entrenamiento y ha logrado devolver al United a la élite del fútbol continental, algo que la prensa británica valora mucho.
Se dijeron tantas cosas a la cara en aquellas sesiones de trabajo diarias en Valdebebas que las cartas están marcadas, todos saben lo que piensa el otro y de las heridas no queda ni la cicatriz. El mourinhismo y el antimourinhismo pasaron de moda. Puede que en algún momento vuelvan con menos fuerza que en su nacimiento, pero tras transmitir admiración, envidia, revancha, pereza, e incluso odio durante el último lustro, hoy en día sólo generan indiferencia. Bendita indiferencia