Son 'Tiempos de guerra' en Antena 3 y yo viví para contarlo
De la redacción al campo de batalla: nos colamos en el rodaje de la serie que cogerá el testigo de 'Velvet'
Madrid
Ser o no ser figurante, esa es la cuestión. Para muchos, la figuración es una pseudo-profesión, un oficio basado en el silencio y largas esperas que no salen a cuenta. Para otros, como Imanol Arias, simplemente "un atrezzo que come". Preferiblemente un bocadillo de chopped, a elegir entre una Coca-Cola o una Fanta de naranja.
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Pero, ¿hasta qué punto es real el mito? Esta era la pregunta que me reconcomía por dentro y la razón que me llevó a alistarme a los Tiempos de guerra de Antena 3, la nueva serie que prepara Series Atresmedia en colaboración con Bambú Producciones.
De esta inquebrantable alianza han emergido producciones de éxito como Gran Hotel o Velvet. Por lo tanto esta nueva serie me daba la garantía suficiente para cumplir con mis objetivos: ver el percal y vivir la experiencia como extra en el que será uno de los platos fuertes de la próxima temporada.
En una producción de época, la figuración es tan necesaria como una dificultad en sí misma y yo sabía lo básico antes de meterme en este lío: "Tiempos de guerra gira en torno a un grupo de enfermeras que son trasladadas, por orden de la Reina, a Marruecos para salvar vidas en el frente de la Batalla de Annual (1921)".
Antecedentes y referencias suficientes para hacer mi trabajo lo más creíble posible y no ser un estorbo para el monumental equipo encargado de sacar adelante este trabajo de gigantes.
Pasar el corte (en todos los sentidos)
Ser periodista tiene sus ventajas y en este caso las disfruté en mis propias carnes. Pero como en todo, una producción de este calibre necesita seguir todos y cada uno de los pasos pertinentes. Precisamente fue esto lo que me llevó hasta la Torre de Babel de Bambú Producciones.
En algún lugar a las afueras de Madrid se encuentra el inmenso estudio donde las series de Bambú nacen, crecen, se reproducen (a veces) y mueren. Hasta allí fui con mi fe inquebrantable para conocer al detalle en qué jaleo me metía y hacerme la oportuna prueba de vestuario. Soldado español me tocó.
Yo, pudoroso donde los haya, me quedé en calzoncillos con medio cachete fuera y la vergüenza entre bambalinas. Allí me daban instrucciones las entendidas en la materia, mientras los figurantes más pro disimulaban el sofoco con entera profesionalidad.
Me convertí en un número más de entre los 110 figurantes que iban a participar en la Gran Guerra que sirve como arranque de Tiempos de guerra. La jarana no había hecho más que comenzar.
Los preparativos
Solo una semana después me dejé caer por las inmediaciones del Goloso, zona de maniobras que pertenece al Ministerio de Defensa, con los nervios acordes a un debut de estas características. Allí, en un paisaje árido alejado de la mano de Dios, se asentaba un campamento de grandes dimensiones en el que se desarrollará la contienda que situará próximamente a la audiencia en uno de los grandes eventos televisivos de la temporada.
Un despliegue sin precedentes en el que compartí protagonismo con el mismísimo Álex García, cabeza de cartel de la ficción. Allí me conocía hasta el apuntador. Ventajas, como decía, de este rol vocacional que me ha tocado desempeñar.
Pero para conocer todo de primera mano había que tirarse al barro y a mí me pusieron de mierda hasta el cuello, no sin antes colocarme los atuendos oportunos y compartir una vez más las vergüenzas con varias docenas de soldados que ejercían dicho rol sin tan siquiera despeinarse.
Después, el impecable equipo de maquillaje me caracterizó adecuadamente y logró que un manchego paliducho como yo pareciera un feroz soldado español preparado para los Tiempos de guerra que tocaba vivir.
También me aproveché de mi condición para darme unos últimos retoques en el camerino de aquel desierto madrileño. Casi me creí una estrella.
Motor, cámaras y… ¡acción!
Una vez peripuesto me asignaron tarea y me codeé con algunos hombres que iban a acompañarme en esta vertiginosa aventura. Curiosamente se trataba de militares que aprovechaban sus días libres pasa sumar experiencias y de paso llevarse algunos eurillos extras.
Todos remando a favor de la causa con una profesionalidad inquebrantable. No había malas caras ni quejas varias, solo un gran grupo sacando adelante un titánico trabajo, haciendo especial hincapié en cada detalle para que el resultado fuera brillante.
12 tomas fueron necesarias para grabar la escena en cuestión en la que puse todo mi arte para no quedar en evidencia. Y eso que hacía de soldado fuera de combate…
¿Periodista o figurante con frase?
"Ten cuidado con esa mirada que como te vea Antena 3 te coge para una serie". Esto me soltó Álex Garcia en cuanto nos acomodamos para hacer la pertinente entrevista tras una primera jornada de rodaje. En algún momento de toda esa locura incluso me lo planteé, pero de momento me quedó dándole a la tecla.