Roland Garros

El partido que les cambió para siempre vuelve a repetirse

Nadal y Wawrinka se reencuentran en un final de Grand Slam tres años después, ese partido abrió un calvario para Rafa

Nadal y Wawrinka, en la recogida de trofeos de la Open de Australia 2014 / GETTY IMAGES

10/06/2017 - 14:54 UTC

Invierno de 2014, la antípodas. El mejor Nadal de la historia se medía a Wawrinka en la final del Open de Australia. El español era un tiro, estaba como nunca, podía levantar su decimocuarto 'major', el segundo en Australia. Además jugaba contra alguien que no sabía lo que era ganarle, jamás Wawrinka le había hecho cosquillas al tenista español.

Las premisas sin embargo desaparecieron en apenas 50 minutos. Con media España viendo la tele y desayunando, Wawrinka meneó la historia del tenis y la puso patas arriba. Es verdad que una lesión de Nadal le ayudó, pero ahí arrancó la leyenda de Stan y el suplicio de Nadal.

Nadal se aprieta la cinta del pelo / PASCAL ROSSIGNOL

Ese tenista siempre a la sombra de Federer, un poco fondón y con fama de perdedor, cambió su historia. Wawrinka empezó a ganar sin parar, a su manera, siempre con altibajos, siempre apareciendo desde la nada, pero esa victoria en Melbourne transformó a ese jugador para siempre.

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Nadal y su espalda maltrecha aun fueron capaces de ganar el nóveno Roland Garros, un trofeo maravilloso con un partido inolvidable frente a Djokovic, pero por debajo algo empezaba a romperse. Esa primavera de 2014 fue la última feliz, apendicitis, intentar volver, rodilla, intentar volver, muñeca, intentar volver, reposo, intentar volver, esa empezó a ser la rutina de Rafa. Wawrinka mientras tanto ganaba y ganaba, de pelotazo en pelotazo, triturando a Djokovic en dos finales grandes.

Tres años y medio después sus caminos vuelven a encontrarse y el círculo puede cerrarse. O quizás no. Nadal nunca ha perdido una final en París, Wawrinka nunca ha perdido una final de Grand Slam, alguien tiene que perder por primera vez. El partido que cambió sus vidas vuelve a repetirse.