Rajoy evita valorar la dimisión de Aguirre
El jefe del Ejecutivo respondió al SMS de la expresidenta de la Comunidad de Madrid llamándola por teléfono antes de su almuerzo oficial con el brasileño Temer
En un discurso económico exhibió su filosofía al señalar que ante las criticas hay que "seguir adelante para salvar al país, quedarse con la conciencia tranquila y volver a ganar las elecciones"
El resto de la jornada se refugió en su perfil institucional para guardar silencio
Brasilia
La noticia de la dimisión de Aguirre pilló a Mariano Rajoy en el Palácio do Planalto junto al presidente de Brasil, Michel Temer. Mientras ella anunciaba su marcha, ellos comparecían ante los medios de comunicación sin admitir preguntas. Ambos mandatarios, asediados por los escándalos de corrupción, querían evitar a toda costa cualquier cuestión incómoda.
Así en su declaración, Rajoy se ciñó al guion. Contó que había hablado con su anfitrión sobre todo de economía y de la "preocupante" situación en Venezuela. Y en un día como el de ayer, con todo el PP revolucionado, solo llegó a decir que había felicitado a Temer por las reformas emprendidas transmitiéndole su convicción de que "a medio plazo la seriedad en la gestión de los asuntos públicos siempre es recompensada".
Y ni una palabra más. Terminó su visita a Brasilia y emprendió rumbo a Sao Paulo. No se acercó a los periodistas que viajaban con él en el avión. Sus colaboradores sí lo hicieron y fue para contar que Rajoy había respondido al SMS de Aguirre, llamándola por teléfono y hablando con ella unos minutos antes de su almuerzo oficial.
Luego Rajoy participó en el acto del lanzamiento de un cable submarino de telecomunicaciones entre Europa y América y clausuró un foro social. En éste, entregó un premio a Fernando Henrique Cardoso, el expresidente brasileño y aprovechó para recordar que España había vivido una recesión de cinco años, de la que se había salido gracias al apoyo de los ciudadanos al Gobierno y a que éste había hecho las cosas de forma seria y con esfuerzo. "Porque la lotería le toca a muy pocos", dijo.
Rajoy volvió de nuevo al mantra la economía. "Cuando se habla de los temas importantes aunque te critiquen hay que seguir adelante porque si no lo haces te van a criticar también. En el primer caso, no vas a conseguir absolutamente nada y, en el segundo, lograrás salvar cosas muy positivas para tu país, quedarte con la conciencia tranquila e incluso volver a ganar las elecciones", señaló en su intervención resumiendo así ya de paso su filosofía para todo.
Actuó como si no pasara nada. Siempre refugiándose en su perfil institucional para guardar silencio. El otro día, tras conocer que había sido citado a declarar como testigo en el juicio del caso Gürtel, comentó que iba a acudir a lo que consideraba "un acto de pura normalidad", cuando realmente es la primera vez en la historia que ocurre algo así. Rajoy piensa que ante lo que está sucediendo, lo mejor es afrontarlo todo, a su estilo, con absoluta parsimonia.
Pero, al menos desde su equipo admiten que los últimos acontecimientos no son "plato de buen gusto". Lamentan que, como en otras muchas ocasiones, se empañe la labor de Rajoy. "Toda la gestión se eclipsa", se quejan. Aunque de todas formas creen que esta situación no afectará a la aprobación de los Presupuestos. En la Moncloa ven las negociaciones muy avanzadas. Dicen que con el PNV está bastante "amarrado" y que lo demás es "postureo" porque los demás partidos políticos saben bien que conviene lanzar un mensaje de tranquilidad de cara al exterior.