Un tatuaje que mejora la autoestima

Madrid

Cada año se diagnostican unos 25.000 casos de cáncer mama en nuestro país. De estos, unos 16.000 desembocan en mastectomía, es decir, la extirpación del pecho de la enferma. Tras esta operación, en torno al 40% de las mujeres puede y decide pasar de nuevo por el quirófano para una reconstrucción de la mama. Sin embargo, después de todo este proceso, y de superar la enfermedad, la sanidad pública no contempla el último escalón, tatuar la areola y el pezón de la mama reconstruida. La razón es que la micropigmentación está considerada una intervención puramente estética. Una consideración que no comparten ni los expertos ni las enfermas.

La diputada socialista Lidia Aynar, una de las firmantes de la proposición presentada en el Congreso, nos cuenta que esta técnica es fundamental para la mejora de la autoestima y la calidad de vida de estas mujeres. Es muy importante, añade, para normalizar su vida tras la enfermedad y para evitar posibles traumas y secuelas psicológicas, debería ser un derecho y no un privilegio de quien lo puede financiar.

Esta es la segunda vez que el grupo socialista presenta esta Proposición No de Ley en el Congreso; ya lo hizo en 2015, pero finalizó la legislatura sin que el tema pudiera llegar a verse en la comisión de sanidad. Esperamos, dice Lidia Aynar, que en esta ocasión "se tome en consideración y la propuesta tenga el apoyo mayoritario de la cámara". "No estamos hablando de cantidades económicas difíciles de asumir", añade.

La técnica de la micropigmentación garantiza, en el caso de que tenga la indicación médica, un restablecimiento completo y prácticamente al 100% de la mama. La mujer puede recuperar el aspecto real del pecho que le ha sido extirpado. Hoy, para conseguirlo, las mujeres tienen que acudir a las clínicas privadas donde el precio mínimo de la intervención por areola es de 300 a 350 euros.