El problema de la estiba vuelve a la casilla de salida
La actividad portuaria no tuvo en febrero el desplome que vaticinó la patronal
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Puerto de Algeciras / A. Carrasco Ragel
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Madrid
Se cumplen dos meses y medio desde que el Ministerio de Fomento puso sobre la mesa su proyecto de liberalizar la gestión de la mano de obra portuaria y las cosas están prácticamente en la casilla de salida. El gobierno debe aprobar la norma legal que le dé forma y obtener el respaldo de las Cortes, sin que haya fecha aún para iniciar el trámite ni cuente con el apoyo de los agentes sociales, que los grupos de la oposición consideran indispensable para respaldar al ejecutivo en este asunto.
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha adelantado que aprobará un real decreto ley como el anterior, y otro decreto con un reglamento para desarrollar el primero que reproducirá fielmente la propuesta de mediación del presidente del CES: con el recorte de sueldos ofrecido por los sindicatos, del 10% para los estibadores que ganen más de 30.000 euros al año. Y garantizando, de forma genérica, el empleo de los estibadores no prejubilables.
Pero los sindicatos ven lagunas en la fórmula de subrogación de los contratos. Y la patronal pide al gobierno que concrete los excedentes laborales y las ayudas públicas para su salida, y para pagar a los estibadores que mantengan su empleo como compensación por el mayor coste que les atribuyen frente a las nuevas contrataciones.
El gobierno dice que les mostrará el texto de los decretos antes de tramitarlos, pero no aclara si está dispuesto a negociarlo. Mientras que la oposición en general vincula su apoyo al nuevo decreto a que haya paz social. César Ramos, del PSOE, insiste en que "tiene que haber un acuerdo entre las partes para que sea posible que el grupo socialista lo apoye", y emplaza al gobierno a "poner el acuerdo encima de la mesa y hablar con las partes previamente a llevar al Consejo de Ministros un nuevo decreto".
No cayó el tráfico en febrero
Patronal y gobierno insistieron mucho en que los estibadores estaban desarrollando una huelga encubierta en los puertos, con caídas de la actividad de hasta el 75% hasta que se rechazó el primer decreto en el Congreso el 16 de marzo bloqueando la propuesta de reforma del ejecutivo. En realidad en febrero aumentó el tráfico respecto al mismo mes del año anterior. De 38,8 a 40,3 millones de toneladas, según los datos oficiales recogidos en la página web de Puertos del Estado.
Se han movido más graneles líquidos –como petróleo o carburantes- y mercancía convencional. Pero menos graneles sólidos –como carbón o cereales- con un leve descenso del 1%. También se redujo el movimiento de mercancía en contenedores: un 3% menos. Y de ésta, la que tenía origen y destino fuera de España -en tránsito- ha bajado un 5,6%.
Así que, ningún descenso parcial ha superado el 6%, muy lejos del desplome de actividad del que llegó a hablar la patronal. Este descenso debe ser matizado además porque este febrero ha tenido 28 días y el anterior 29. Con lo que el tiempo para operar se ha reducido un 3,5% este año respecto al anterior.
Sí es cierto que este febrero se rompe la tendencia fuertemente alcista del mes anterior. Con un incremento del movimiento de mercancías del 5% y porcentajes del aumento del 9% para las mercancías en tránsito y del 10% para el tráfico de contenedores. Antolín Goya, coordinador general de la Coordinadora de Estibadores Portuarios, sostiene que de haberse realizado una huelga encubierta "esos baremos habrían sido muy diferentes distintos". "Lo único que demuestran los datos -añade- es que se usó una fórmula muy antigua en contra de los estibadores portuarios para intentar desprestigiar nuestra imagen".
Las cifras globales de febrero ocultan descensos más acusados del tráfico en puertos como Algeciras o Valencia, que se corresponden con aumentos en el de Barcelona. Antolín Goya sostiene que los puertos pueden verse afectados "ya no solo por las acciones sindicales, sino por la incertidumbre que crea el no saber cuál es la norma o qué va a ocurrir en el país".