El Federer de 2017 no es de este mundo
El suizo atropella a Nadal 6-3/6-4 por tercera vez en la temporada y firma un inicio de temporada memorable
Roger Federer efectua un saque durante la final de Miami ante Rafa Nadal / ERIK S. LESSER (EFE)
En el aleteo de una mariposa, en el parpadeo de una juez de línea, en una fracción de tiempo inservible para la gran mayoría de humanidad Roger Federer es capaz de recolocar sus pies y tirar un revés inverosímil. Ese podría ser un buen resumen de la final de Miami. Nadal hizo un buen partido y presentó una táctica algo distinta a la de Indian Wells, pero hoy por hoy Federer no tiene fisuras.
El primer set y su inicio hizo albergar ilusiones al box de Nadal. Que por cierto tenía la presencia de Ronaldo como invitado especial. La tremenda igualdad dejaba claro que la pelota de Miami pesa más que la de California y que eso obligaba a los jugadores a pelotear más. Rafael dispuso de cuatro bolas de rotura y Federer de seis, un dato que revela lo abierto que anduvo el partido en el primer parcial. Finalmente el helvético tuvo más tino y se llevó la primera manga.
Roger Federer se proclama campeón en Miami
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Esa tremenda igualdad escondió algunos secretos pequeños en forma de fogonazos, secretos que fueron genialidades de Federer. Reveses a bote pronto, derechas invertidas cubriendo el revés y voleas con efecto. Todos los golpes generados por una posición de piernas y una técnica envidiable.
El segundo set fue otra cosa. Empezaron ambos más solventes al saque, con juegos sencillos y cortos, hasta que mediado el parcial se empezó a embarullar. Ese barullo en forma de bolas de break a favor de Federer generó bastante estrés en Nadal, que veía como un de un punto iban pendiendo todas sus opciones, y el saque no ayudó a Rafa en el momento decisivo. Federer rompió y sacó para ganar el partido.
Federer besa el trofeo de Miami / Geoff Burke
Federer besa el trofeo de Miami / Geoff Burke
La corona de Miami de Federer sirve para alargar la maldición del torneo para los tenistas españoles y pone al suizo con 4000 puntos liderando la carrera de campeones. Ahora llega la tierra, donde presumiblemente se igualarán las fuerzas, mientras tanto, Nadal tiene tiempo para pensar dónde está la fisura del Federer actual, porque no parece de este mundo.
