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Consejo Europeo

La Unión convierte a Tusk en un símbolo contra populistas y antieuropeos

El Consejo de la Union confirma al presidente polaco a pesar del no de su gobierno

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a su llegada a la reunión de líderes del Partido Popular Europeo (PPE) previa a la cumbre del Consejo Europeo / JULIEN WARNAND (EFE)

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a su llegada a la reunión de líderes del Partido Popular Europeo (PPE) previa a la cumbre del Consejo Europeo

Bruselas

Se ha votado otras veces. Juncker, por ejemplo, fue elegido contra el voto británico pero nunca hasta hoy, un cargo europeo ha sido renovado en su puesto contra el rechazo activo de su gobierno.

Este es el caso aquí: Donald Tusk seguirá como presidente del Consejo Europeo por dos años y medio con 27 votos y 1 voto en contra. Hasta el Reino Unido, que inicialmente pensaba en la abstención ha optado por el sí dejando en mayor evidencia al gobierno polaco al que esta vez no han acompañado sus amigos.

Hungría y la República Checa, con quienes Polonia comparte equipo ante la UE, organizados bajo el nombre de países de Visegrado, hoy han callado y votado a favor de Donald Tusk.

Sólo Beata Szydlo ha tomado la palabra en la reunión para expresar el malestar de su gobierno y confirmar el voto contra Tusk. Su amenaza de bloquear mañana, las Conclusiones de esta Cumbre no ha servido de nada.

Merkel le había dedicado 20 minutos de cita bilateral antes de comenzar la reunión general. Ha sido en vano. La Canciller ha confirmado a la jefa del gobierno polaco que a pesar de su oposición habría un voto y que Polonia se quedaría sola. Y así ha pasado.

Kaczynski, el jefe del partido eurofóbico y de nueva derecha radical ha asegurado desde Varsovia que sufrían "el dictado alemán", acusación que dicha en el primer país ocupado por Hitler tiene connotaciones mucho más fuertes que las que pueden sentirse en español. Y esto que Merkel también le visitó la segunda semana de febrero para pedirle, sin éxito, la abstención.

Pero la paciencia alemana tras el bloqueo que desde hace un año y medio sufre la UE sobre la inmigración parece terminada. Polonia, uno de los actores contra el reparto de refugiados, acaba de perder su primera batalla. Le quedan más porque la Comisión mantiene abierto contra ella un expediente que podría dejarla sin derecho de voto por la vulneración de derechos fundamentales básicos. Aunque su próximo escollo se apunta para Junio y afecta al reparto de refugiados.

Las conclusiones de la reunión de hoy incluyen la referencia directa a este problema básico que mantiene a la UE paralizada. "La efectiva aplicación del principio de responsabilidad y solidaridad continua siendo el objetivo compartido. El Consejo reclama más esfuerzos para llegar a una política de inmigración, incluyendo con ánimo de hacerlo por consenso, la política de asilo".

Por consenso también se pretendía, como demuestran las visibles reuniones que ha mantenido Merkel con los representantes de Varsovia, obtener la renovación de Tusk. Por lo que el voto de hoy debe entenderse también como advertencia a los que insistan en rechazar las cuotas obligatorias de refugiados. Un tema que debe resolverse antes de este verano porque el Consejo se fija para esto la fecha del próximo mes de Junio.

Un plazo corto para quienes desde hace muchos meses rechazan negociar ningún acuerdo pero un plazo imprescindible para Merkel, cuyas elecciones son el próximo otoño.

Calendario que también justifica la cerrada defensa de una Europa a varias velocidades que aunque pensada como futuro tras el Brexit empieza a caminar como advertencia, tras el portazo que ha sufrido Polonia. Porque aunque la mayoría espera, dicen, que Polonia rectifique, la victoria de Tusk es también la primera derrota del modelo Kaczynski.

 
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