Segundo caso de acoso laboral contra el jefe policial de Castilla-La Mancha nombrado por Zoido
Un juzgado de Guadalajara ha abierto diligencias de investigación por un segundo caso de acoso laboral por parte del comisario principal Félix Antolín contra un agente cuando era jefe de los GEO hasta el pasado febrero
El agente denuncia haber sufrido presiones y coacciones tras querer ir a declarar como testigo al juicio por acoso de su compañero por el que el comisario se sentará en el banquillo
Madrid
El juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara ha abierto diligencias previas para investigar un segundo caso de acoso laboral contra el comisario principal de Castilla-La Mancha, Félix Antolín, recién nombrado por el ministro del Interior Juan Ignacio Zoido el pasado 1 de febrero, tras una querella interpuesta por el GEO, R.B., por un delito de acoso y contra la integridad moral por parte de Félix Antolín y tres responsables del GEO.
Su ascenso como jefe superior de la comunidad autónoma coincidió con el auto de apertura de juicio oral de la denuncia por acoso laboral de otro agente de los GEO por dos delitos de acoso laboral y lesiones cuando Félix Antolín era inspector jefe del Grupo de Operaciones Especiales (el grupo conocido como GEO).
Este segundo caso es de alguna manera consecuencia del primero. Se trata de uno de los compañeros del agente J.M. por el que el comisario principal se sentará en el banquillo. En marzo de 2015, el denunciante mostró su disposición a declarar como testigo y desde entonces fue amenazado y apartado de sus funciones como agente en la unidad de élite.
Según se relata la querella, tras enterarse sus superiores de su intención de declarar como testigo en el juicio de su compañero el subinspector J. M., tres inspectores jefes le recriminaron su actitud y el jefe superior Félix Antolín le abrió un expediente. Después llegaron las amenazas, las coacciones y el acoso laboral.
El agente describe cómo tras mostrar su intención de declarar “se empezaron a cumplir las amenazas”. “Una persecución indirecta y tácita” -dice el escrito – “a través de distintos hechos y actuaciones para que fuese castigado y sirviese de escarnio público como advertencia para todo aquel que tuviera la misma idea de presentarse como testigo en el procedimiento que el subinspector J. Mendoza había iniciado contra el comisario Félix Antolín” y forzar así al agente y autor de la querella a solicitar la baja voluntaria del Grupo de Operaciones Especiales (GEO).
Según el agente, uno de sus superiores le llegó increpar “Si sigues en esa guerra, pues chico, ¡Atente a las consecuencias! (…) Si vas de testigo de una parte, vas en contra de la otra, o sea, en contra del jefe y en contra de mí”. Una situación que se prolongó duranto dos años y de las que el agente aporta a la causa numerosos mensajes y pantallazos de 'Whatasap'.
Dobles turnos, ninguna medalla
El agente explica en el escrito cómo fue “apartado por completo de gran parte de las funciones inherentes a su puesto de trabajo, asignándole en su gran mayoría servicios de poca entidad". Entre las vejaciones que sufrió, el agente asegura que sus inspectores jefes no le permitieron hacer cursos de formación para los que había sacado mejor calificación que otros compañeros, le anularon vacaciones de Navidad y hubo entrenamientos y convivencias a los que no le permitieron asistir.
El escrito asegura que el querellante es el único de su promoción que no ha recibido condecoraciones y ha llegado a hacer más del doble de servicios de control que sus compañeros.
Desde la Dirección General de la Policía, explican que el primer caso de acoso que está pendiente de apertura de juicio oral está recurrido por la Dirección y sobre este segundo caso están todavía pendientes de que se lo comunique el juez.