'Lo niego todo': un Joaquín Sabina valiente y lejos de despedirse de la música
'Lo niego todo' es una de las canciones más personales y valientes de Joaquín Sabina, que se desnuda para atravesar toda su carrera discográfica y algunos de los momentos más duros de su vida
'Lo niego todo', primer 'single' del nuevo disco de Joaquín Sabina, en exclusiva en CadenaSER.com / SONY MUSIC
Madrid
Si estás leyendo esto seguramente ya habrás visto el vídeo de Lo niego todo, el primer single del nuevo disco de Joaquín Sabina, un trabajo del mismo nombre que llega de la mano de Leiva como productor.
- LA LETRA
Ya habrás notado que es algo más que un videoclip. En 4 minutos y medio atraviesa toda su carrera como cantante y compositor y algunos de los momentos más duros a los que Sabina se ha enfrentado. Las escenas que acompañan a la canción son continuos guiños a casi 40 años de canciones, discos, giras, conciertos... y la letra está parida por un Sabina valiente que ha logrado una canción tremendamente personal.
Benjamín Prado, que colabora en las letras de Lo niego todo, explica que Sabina "quería hacer una canción contra su propio mito". Solo hay que escuchar la letra ver que el de Úbeda va de frente: "Ni ángel de alas negras ni profeta del vicio", canta mientras de fondo se ven carteles de conciertos de décadas pasadas, con Viceversa, con su querido y añorado Javier Krahe...
Y vemos a Leiva, productor del disco, encarnar al Sabina barbudo de 1979, el de ¡Qué demasiao! y La Mandrágora. El que fuera vocalista de Pereza es solo una de los muchos cameos que se ven en el videoclip, donde también descubrimos a la actriz Macareca García encarnando a esa camarera de barra de fiesta de pueblo de Y nos dieron las diez... (1992) que enamora al músico.
Pancho Varona, compañero de Sabina en discos y giras de cuatro décadas, aparece luciendo un escudo de su Atleti... "qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de vivir...". Y el tercero del trío, Antonio García de Diego, disfrazado de Groucho Marx, atracado por tres macarras que no pasaban de los 20, como en aquel Pacto entre caballeros de Hotel, dulce hotel (1987).
No podía faltar un tren en una canción que repase la trayectoria de Joaquín Sabina. Quizás ese tren viaje hacia el norte como el de Cuando era más joven (Juez y Parte, 1985), con un vagón en el que una chica (Carmela M. Oliart, hija de Joaquín) muestra una página de la prensa local en la que se lee "Joaquín Sabina, un cateto de Úbeda perdido en la Gran Vía".
La parte más personal de la canción hace referencia a los bajones de salud de Sabina. Nos enseña una cama de hospital, recuerdo del ictus y posterior depresión que sufrió en 2000 después de días y días sin dormir por uno de sus discos más redondos, 19 días y 500 noches. Y sale al escenario la nube negra a la que el jienense dio un puntapié con un concierto de regreso en la plaza de Las Ventas en 2006. Bajo ella, el cameo de Benjamín Prado.
La nueva canción de Sabina salta hasta 2014 y dice: "el tiburón de Hacienda confiscador de bienes, me ha cerrado la tienda, me ha robado el mes de abril". Refleja otro de los momentos difíciles de su vida, con una reclamación de Hacienda de 4 millones de euros. La letra admite: "He defraudado a todos, empezando por mi". Y regresamos a la ficción con una escena de la última fila del cine, como en Una de romanos (1988), ese tema en el que descubrimos que un beso puede saber a "chocolatina, piel, saliva y sudor".
Pero Sabina se despide e insiste: "Si me cuentas mi vida lo niego todo, la leyenda del suicida y la del bala perdida". Y acaban los 4 minutos y medio que resumen 40 años, baja el telón porque la función acaba... o no. Este disco bien podría haber sido la despedida de Joaquín Sabina, que ya roza los 67 años. Pero no lo va a ser porque quiere repetir la experiencia de trabajar con Leiva y ya preparan canciones nuevas.
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Susana Elguea
Coordinadora de actualidad en CadenaSER.com. En la web de la SER desde 2001, como redactora y portadista,...