"La ultraderecha busca un golpe militar en España"
Un informe de la CIA de 1977 advertía de las simpatías de "fuerzas de seguridad con la extrema derecha" y la intención de los ultras de "descarrilar la reforma" democrática
Madrid
En marzo de 1977, el departamento del Tesoro de EEUU pidió un informe a la agencia de inteligencia americana, la CIA, sobre la situación en España. El país estaba a punto de celebrar las primeras elecciones libres tras la dictadura y el terrorismo amenazaba con detener las reformas. De hecho, la primera gran movilización en la calle ocurrió en enero de ese año, tras el asesinato de cinco personas en un despacho de abogados laboralistas de la calle de Atocha en Madrid, del que se cumplen este martes 40 años. El informe de la CIA -uno de los miles que la agencia ha subido a internet en los últimos días- describe el contexto político de la época y explica el interés en un golpe militar que tenía la extrema derecha, responsable de los asesinatos de Atocha.
"El gobierno sufrió una serie de ataques terroristas tanto por la extrema derecha como por la extrema izquierda en enero, así como por el secuestro de dos destacados funcionarios", se lee en el informe del 28 de marzo de aquel año. "Es probable que se produzcan más ataques terroristas durante los próximos dos meses, ya que la ultraderecha hace un último esfuerzo para descarrilar el proceso de reforma y provocar un golpe militar, mientras que los grupos dispersos de la extrema izquierda persiguen tácticas similares para provocar un levantamiento popular".
Crónica José Luis Sastre (24/01/2017) - 40 años matanza Atocha
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El texto, de apenas cuatro páginas, detalla la "transición suave" de España, el papel del rey y la figura de Suárez, "de lejos la figura más popular hoy en día". Y dedica un capítulo aparte al terrorismo: "El gobierno ha demostrado su capacidad para contener la violencia esporádica sin sobrerreacción. Una complicación añadida, sin embargo, es la incertidumbre sobre la fiabilidad de las fuerzas de seguridad, muchos de cuyos miembros simpatizan con, y supuestamente apoyan, a los terroristas de derecha".
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Es común en los documentos de uso interno de aquella época que los americanos dediquen varios párrafos a los partidos comunistas. Así, en la última visita de un presidente de EEUU a Franco antes de que el dictador muriera, Gerald Ford se ocupó de agradecerle el esfuerzo por contener a los comunistas en Portugal. En este caso, la CIA describe lo que entiende que puede suceder si Suárez legaliza –como en efecto haría– al Partido Comunista de Santiago Carrillo. "Si el partido es rechazado, los comunistas podrían seguir participando en las elecciones como independientes, pero el frágil vínculo de cooperación entre el Gobierno y la oposición se pondría en peligro. La prohibición del partido pondría en duda las calificaciones democráticas de las elecciones, especialmente si algunos otros partidos de izquierda se retiran en solidaridad".
Más adelante, añade: "La legalización del partido aumentaría la probabilidad de la violencia de la derecha en el período preelectoral y levantaría el espectro de la inquietud en cuadros conservadores de las fuerzas militares y de seguridad. El ejército es leal al rey, sin embargo, y según los informes, aceptará una decisión judicial. Las probabilidades ahora favorecen levemente la legalización del partido antes de las elecciones".
Hay otra ocasión en la que el documento alerta del riesgo de que estalle la violencia en España, al referirse al modelo territorial. Narra la tensión en Euskadi y la disposición de los nacionalistas catalanes para "aguantar su tiempo". Aunque completa el diagnóstico: "A menos que el nuevo Gobierno se mueva rápidamente para abordar la cuestión central de otorgar más autonomía a las regiones, la violencia y el desorden sostenidos volverán a estallar".