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Un expreso de ETA envió el anagrama de ETA a una víctima de ETA por error

La Audiencia Nacional absuelve a Antxon Guinea por enviar un anagrama de la banda a la hermana de un empresario asesinado en 2008: se lo quería enviar a un amigo pero tenía el número mal apuntado y se lo terminó enviando a ella

Antxon Guinea Lasurtegui durante el juicio en la Audiencia Nacional / Paco Campos (EFE)

 Antxon Guinea Lasurtegui durante el juicio en la Audiencia Nacional

Madrid

Veinticuatro de mayo de 2014, doce menos veinte de la noche. La hermana de Ignacio Uría, empresario asesinado a tiros por ETA en Azpeitia en 2008, recibe un MMS con una imagen: el anagrama de ETA con su hacha y su serpiente enrollada en el mango. La Guardia Civil investigó el mensaje y descubrió que había salido del móvil de Antxon Guinea, condenado a finales de los noventa por integrar uno de los comandos de la banda terrorista. Ahora la Audiencia Nacional ha decidido absolverle porque todo fue una carambola: el verdadero destinatario era un amigo suyo, pero tenía su número mal apuntado y la casualidad quiso que el destinatario final fuese la hermana del asesinado.

Una versión ofrecida por el ahora absuelto, corroborada por su amigo Ildefonso y también por la compañía que le dio el teléfono de empresa hace una década y que permanecía mal apuntado en la memoria del móvil de Guinea. Los jueces explican que existe una “duda más que razonable sobre su verdadera intención”, y aunque reconocen que la situación fue “penosa” y comprenden la “zozobra y temor innegables” que recibir el anagrama de ETA supuso para la hermana del asesinado, deciden absolverle por ser una versión creíble.

Según la sentencia, ha sido un dígito el que ha dado origen a esta causa que ahora termina en absolución: cuando apuntó el número de su amigo hace años, lo apuntó terminando en el número 4 cuando en realidad acababa en uno, colocado justo debajo en el teclado. Esa es, según los jueces, la primera casualidad. La segunda llega cuando resulta que ese número mal apuntado por un solo número es el de la hermana de Ignacio Uría, empresario asesinado por ETA en 2008 y constructor ligado a las obras del Tren de Alta Velocidad.

La Fiscalía pedía para él una condena de dos años de prisión además de nueve años de inhabilitación absoluta.

 
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