La amenaza yihadista, reto de Interior

Madrid

 La amenaza yihadista sigue siendo el principal reto que va a tener el nuevo equipo de Interior. Habrá cambios en la cúpula de la Policía Nacional y nombramientos como el del Director Adjunto Operativo de la Policía Nacional que está pendiente, pero la mayoría de los efectivos van a seguir destinados en las Unidades Centrales de Información Exterior y en Extranjería para afrontar este desafío que sacude a Europa. Hay que mejorar la coordinación entre todos los actores y especialmente con Policías locales.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen entre sus objetivos prepararse para un más que posible regreso de terroristas yihadistas que ya están volviendo de Siria e Irak ante la pérdida de posiciones que está teniendo el grupo terrorista Dáesh en zonas de conflicto.

Se va a continuar además con muchas de las iniciativas impulsadas, y en especial la Directiva PNR, que regula el uso del registro de datos de pasajeros y que obliga a las aerolíneas a entregar a las autoridades nacionales los datos de los pasajeros de todos los vuelos llegados a la Unión Europea y viceversa. Toca avanzar en la Directiva de Terrorismo de la Unión Europea y en el resto de iniciativas europeas en las que España ha tenido un papel decisivo como el control de armas y las actuaciones de Internet.

A nivel local controlar la seguridad ciudadana va a ser uno de los ejes fundamentales del nuevo equipo. Ya lo fue hace cinco años cuando comenzó esta legislatura. La amenaza de ETA quedó desbancada con el cese de actividades armadas por parte de la banda terrorista y el ejecutivo se obsesionó con las algaradas callejeras y la posibilidad de que aumentasen las huelgas. Están en eso otra vez.

En el ámbito de la inmigración y asilo hay que continuar con el cumplimiento de los compromisos pendientes sobre reubicación y reasentamiento de refugiados.  El  nuevo equipo tiene que ejecutar los temas pendientes del Reglamento CIES para mejorar su situación . Y por supuesto a nivel de ministerio le toca poner orden en la policía, en concreto en la Dirección Adjunta Operativa de donde han salido la mayoría de escándalos de lo que ya se conoce como "policía política" donde de momento hay un director adjunto operativo en funciones.

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