'Somos migrantes', la exposición que borra fronteras
'Somos migrantes' nos acerca a las fronteras cuando más de moda están, hoy existen más barreras físicas que en plena Guerra Fría
Una de las fotografías más emblemáticas de la exposición 'Somos Migrantes'. / Sergi Cámara (Entreculturas)
Madrid
Las fronteras están tristemente de moda. Ocupan titulares, portadas y kilómetros de tierra. Caixa Forum, en colaboración con Entreculturas y el Servicio Jesuita a Migrantes en España nos acercan a estas líneas divisorias, en concreto, a las físicas. Un concepto cuyo significado ha mutado en el último siglo: “Históricamente las fronteras era un lugar de encuentro, de riqueza cultural, comercial… El siglo XX y lo que llevamos de XXI ha convertido las fronteras en lugares de exclusión, de sufrimiento y de violación de los Derechos Humanos”, denuncia Miguel González, Coordinador del Servicio Jesuita a Migrantes en España.
Hoy en día, existen más fronteras físicas (vallas, muros…) que en plena Guerra Fría: “Interesa proyectar la imagen de grandes avalanchas de personas inmigrantes y esto no es así. Es cierto que las guerras de Irak y Siria han provocado un gran éxodo de refugiados pero si miramos los datos históricos las cifras se mantienen más o menos estables, no estamos ante una avalancha, no estamos ante cifras ingestionables”, sentencia González.
La valla en la frontera Hispano-Marroquí. / Jesús Blasco de Avellaneda
La valla en la frontera Hispano-Marroquí. / Jesús Blasco de Avellaneda
Las fronteras más mediáticas, de las que se ocupa también esta exposición, son la de México con Estados Unidos, la Hispano-Marroquí y la de Europa con Oriente Próximo. Más de un millón de mexicanos y 300.000 centroamericanos intentan cruzar la frontera hacia Estados Unidos al año. De enero a septiembre de este año, 3.740 personas han muerto en el Mediterráneo, y solo el conflicto sirio ha generado 8 millones de desplazamientos internos y 5 millones de refugiados. “Lo que ocurre ahora es una externalización de las fronteras, cuanto más lejos situemos la violación de los derechos fundamentales, mejor porque así no se nos recuerda la responsabilidad que tenemos con estas personas”, explica González. Externalizar las fronteras implica encargar a terceros países que mantengan a raya el flujo migratorio: “Normalmente estos países no tienen buenos comportamientos en materia de Derechos Humanos, he aquí el drama”, explica González.
La migración se revela en esta exposición como algo natural del ser humano, como un mecanismo de supervivencia: “La movilidad es inherente al ser humano, es la forma más efectiva de librarse de la pobreza, ahora son ellos, antes hemos sido nosotros”, declara Raquel Martín, Directora de Comunicación de Entreculturas. En este sentido, las fronteras actuales son selectivas: “lo que tiene en común todas estas fronteras de las que hablamos es que el paso se le niega a la gente pobre”, explica González.
Una mujer sostiene la fotografía de su marido que acaba de emigrar a Estados Unidos. / Andrea Aragón
Una mujer sostiene la fotografía de su marido que acaba de emigrar a Estados Unidos. / Andrea Aragón
Sergi Cámara, fotoperiodista colaborador en Somos Migrantes, identifica otro punto de convergencia entre todas las personas que se agolpan en las fronteras, un punto que también nos incumbe a “nosotros”: la dignidad. “Este verano en la estación de Hungría me encontré con un sirio que llevaba varios allí hacinado con su familia y me dijo ‘mañana vamos a empezar a andar por dignidad, porque si perdemos la dignidad no somos pueblo, ni somos personas”, recuerda Cámara. “Y si nosotros no acogemos, si no apoyamos a estas personas, corremos el riesgo de perder nuestra dignidad, y de no ser más lo que éramos antes”, añade.
Otro aspecto que busca denunciar esta exposición es la problemática de las mafias: “Las mafias son, en términos de mercado, la consecuencia de la restricción de mercado. Allí donde hay una demanda aparece alguien que la cubre, y si quien la cubre no es el Estado mediante procedimientos legales, entonces de eso se encargan organización criminales que machacan a las personas migrantes”, afirma González.
Un joven sirio se despide de una niña en una estación. / Kristóf Hölvényi
Un joven sirio se despide de una niña en una estación. / Kristóf Hölvényi
Pero estas fronteras físicas son el penúltimo obstáculo de las personas que emigran, existen otras fronteras, las invisibles: “Cuando la gente llega a su destino, se encuentran lo que llamamos fronteras mentales, hechas de prejuicios, de racismo…”, resume Miguel González. Una exposición que reúne 38 fotografías de 14 fotógrafos diferentes con el objetivo de acabar con estas fronteras imposibles de captar con el objetivo. Un intento por acercanos a los “otros”, a esos que alguna vez hemos sido (o podemos ser) “nosotros”, al fin y al cabo, todos somos migrantes.
