El agujero de la financiación de partidos que abre la puerta a la corrupción

Madrid

Hubiéramos podido bajar la voz y sólo con ver sus gestos se hubiera entendido el debate. Lo de "política italiana sin italianos" que dijo una vez Felipe González quizá era eso: que se explicaban en sus gestos.

Pedro Sánchez apenas miró a Antonio Hernando. Miraba a cualquier parte del hemiciclo. Al suelo. Al móvil. Al techo. Parecía que, si hubiera podido, se hubiera puesto a silbar allí mismo. Pablo Iglesias se aplaudía encima cada vez que Mariano Rajoy decía que PP y PSOE no son tan distintos. "Mis aliados naturales son ustedes, lo siento", añadió para rematarlo. Rajoy iría con el guante blanco para los socialistas, pero el bofetón les dolió lo mismo.

Luego vino el incidente entre Ana Pastor y Pablo Iglesias -augurio de lo que viene- y la vicepresidenta del Gobierno lo zanjó con esta frase dedicada a Podemos: "Como tú tratas, te tratan". Es una frase rotunda. Redonda. Tanto, que la oposición la guardará ahora que gobernará en minoría quien hasta hace unos meses aprobaba leyes sin consenso.

Más que diálogo, que el PP ofrece porque no tiene más remedio, la novedad es que Rajoy ofrece socarronería. Es una manera de acercarse al adversario. "Su mejor manera", según los suyos. Así ha surfeado este tiempo en funciones que ya se acaba para todos salvo para el PSOE, con una gestora encargada de reconstruir el solar.