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Australia y Papúa Nueva Guinea acuerdan cerrar el polémico centro de refugiados en Manus

El anunció viene procedido por una filtración de 2,000 informes en la que se detalla abuso sexual y psicógico por parte de personal trabajando en el campamento

PAP02 ISLA MANUS (PAPÚA NUEVA GUINEA). Fotografía de archivo fechada el 21 de marzo de 2014 muestra a varios solicitantes de asilo destrás de una valla en un centro de detención en la isla de Manus en Papua Nueva Guinea. Los gobiernos de Australia y Papúa / EOIN BLACKWELL (EFE)

Madrid

Los gobiernos de Australia y Papúa Nueva Guinea (PNG) acordaron cerrar el polémico centro de refugiados en la isla de Manus sin precisar una fecha de clausura. El primer ministro Papuano Peter O’Neill y el ministro de inmigración de Australia Peter Dutton estuvieron este miércoles reunidos explorando opciones de cara al cierre del recinto.

"Ha sido una postura sólida de este Gobierno el trabajar con Papúa Nueva Guinea para cerrar el centro de Manus y apoyar a esta gente en su adaptación a la isla o en su retorno a sus países de origen" dijo Dutton.

"Nuestra posición reiterada nuevamente con PNG, es que nadie del Centro Regional de Procesamiento de la isla de Manus será permitido entrar a Australia" agregó el ministro.

La ley australiana estípula todas las personas interceptadas en el mar buscando entrar al país tienen que ser enviadas a Papúa Nueva Guinea donde son trasladas a la isla de Manus o la de Nauru en el pacífico.

La decisión viene cuatro meses después que el Tribunal Supremo de Pupúa ordenara el cese de instalaciones al considerar que el encarcelamiento de las personas buscando asilo los privaba de su libertad e iba en contra del marco constitucional del país

La filtración de 2,000 informes recopilados por un periódico local, entre 2013 y 2015, donde se detalla que trabajadores en la isla de Nauru, similar a la de Papúa, abusaban sexual y psicológicamente de los refugiados causaron protestas e indignación en el país oceanico.

Personal de Human Rights Watch y Amnistía Internacional que lograron entrar de manera legal a los campamentos de Nauru reportaron que refugiados entrevistados decían sufrir de ansiedad, inhabilidad de dormir, cambios de temperamento, depresión y pérdida de memoria en la isla.

Tanto las autoridades australianas como las de Nauru han rechazado estas acusaciones calificando los informes como "falsos" y "fabricados."

La decisión de cerrar el campamento fue bien recibida por los grupos que respaldan los refugiados.

"Han tenido que vivir en condiciones precarias, con ayuda medica inadecuada y violencia. Finalmente, es hora de permitir que (los refugiados) sigan con sus vidas en paz y con dignidad” dijo la directora del Alto Comisionado de Refugiados de las Naciones Unidas en Australia.

 
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