Ocio y cultura

Luis Buñuel, al servicio de la República

Dos meses después de la sublevación militar que dio paso a la última Guerra Civil en España, el cineasta Luis Buñuel se dio de alta como afiliado de la UGT en la Federación Española de la Industria de Espectáculos Públicos

Luis Buñuel Portolés figura registrado con el número 30.764 en la relación nominal que ha encontrado el investigador histórico Policarpo Sánchez en el Archivo de Salamanca. / EFE

Luis Buñuel Portolés figura registrado con el número 30.764 en la relación nominal que ha encontrado el investigador histórico Policarpo Sánchez en el Archivo de Salamanca.

Dos meses después de la sublevación militar que dio paso a la última Guerra Civil en España, el cineasta Luis Buñuel se dio de alta, el 18 de septiembre de 1936, como afiliado de la UGT en la Federación Española de la Industria de Espectáculos Públicos, sección de Empleados de Casas de Películas.

Luis Buñuel Portolés figura registrado con el número 30.764 en la relación nominal, escrita a máquina, que ha encontrado el investigador histórico Policarpo Sánchez en el Archivo de Salamanca después de años de trabajo y de registrar "papel a papel como una hormiguita", numerosas cajas y legajos, ha explicado hoy a Efe.

El excéntrico inquilino de la Residencia de Estudiantes, amigo de Federico García Lorca y Salvador Dalí, se convirtió así en un afecto a la causa de la II República durante la contienda fratricida, para la que trabajó como coordinador de Propaganda dentro del Servicio de Información de la Embajada de España en París.

Legalidad de los documentos

Así consta en otros papeles que ha escudriñado Sánchez, uno de los mejores conocedores del Archivo de Salamanca, y firme defensor de su unidad a través de una asociación creada por él para supervisar la legalidad de la salida de documentos con destino a instituciones, partidos y sindicatos fruto de la aplicación de la ley de Memoria Histórica.

Luis Buñuel (1900-1983), exiliado en México, hijo de una familia pudiente que le permitió viajar y formarse, se convirtió en un activo militante al servicio de la II República con encomiendas como la de gestionar en París una copia del célebre documental "The Spanish Earth", del holandés Joris Ivens (1898-1989), un alegato de intención propagandista para mostrar al mundo el caos de España y recabar ayuda contra los militares sublevados.

Policarpo Sánchez, casi dos décadas de diario contacto con el Archivo de Salamanca -ahora denominado Centro Documental de la Memoria Histórica-, ha encontrado varios telegramas fechados en Valencia que acreditan ese encargo y en los que el remitente se interesa por el estado de las gestiones de Buñuel.

"Ruégote preguntes Buñuel cuando enviara película Tierra Española para la cual le fue entregado dinero Stop. Urge indique estado asunto Stop. Saludos Roces Subsecretario Instrucción Pública", señala uno de los telegramas desempolvados por este investigador.

Lo envía Wenceslao Roces, subsecretario de Instrucción Pública, y lo recibe en la capital de Francia José Lino Vaamonde, comisario general adjunto del Pabellón español en la Exposición Internacional de París del año 1937, donde supuestamente Buñuel se encontraría con el director o los productores del filme, ha manifestado Sánchez.

"The Spanish Earth", 54 minutos de duración, fue rodada en varios lugares del cerco de Madrid y de los frentes en Fuentidueña de Tajo y varios escenarios de la batalla del Jarama, objeto de encarnizados combates por tratarse de la línea de comunicación entre la capital de España y Valencia, ciudad ésta donde se desplazó el Gobierno de la II República.

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Estreno a petición

Orson Welles y John Dos Passos figuran como guionistas además de Prudencio de Pereda, su producción costó 2.000 dólares y fue estrenada en la Casa Blanca el 8 de julio de 1937 a petición del entonces presidente de Estados Unidos, Franklin D. Rooselvet.

En agosto se proyectó en Francia y por fin, después de numerosas gestiones, en España el 23 de mayo de 1938, aunque fue marginada de los canales de producción comercial por su carácter reivindicativo y polémico.

No obstante, su proyección en determinados ámbitos (asociaciones culturales, universidades e incluso la Sociedad Naciones) "logró que se cumplieran dos de sus objetivos principales: informar a la opinión pública de Estados Unidos sobre la Guerra Civil y recaudar fondos para la causa republicana", ha precisado Sánchez, inmerso en la tarea de documentación previa a la publicación de un libro sobre el cine durante la Guerra Civil.

De las peripecias de Buñuel al comienzo de la contienda, el cineasta dio cuenta en su libro "Mi último suspiro" (1982), publicado un año antes de su muerte y fruto de largas conversaciones, durante casi veinte años, con uno de sus principales colaboradores, el guionista Jean-Claude Carrière, con quien forjó media docena de películas, entre ellas "El discreto encanto de la burguesía" (1972), Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

 
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