Sánchez debatirá a cuatro con un objetivo: desgastar a Iglesias
No están previstas invectivas como el "usted no es decente" del cara a cara con Rajoy, pero el líder socialista quiere aprovechar la audiencia millonaria para culpar al candidato de Podemos de todos los cambios que no han sido posibles.
Hasta ahora, Sánchez no ha entrado en el cuerpo a cuerpo en campaña con su principal rival electoral y ese papel lo han jugado dirigentes como Susana Díaz o Patxi López.
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El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, este sábado en un acto de campaña en Durango / PSOE (ACN)
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"Usted no es decente". No fue un ataque casual. Esa invectiva de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy en el cara a cara de la campaña del 20-D estaba preparada. Pretendía satisfacer los deseos de los militantes socialistas, las bases del partido que asistían estupefactas a un PP que iba a volver a ganar a pesar de la corrupción y de los recortes sin pagar el precio que tuvo que pagar el PSOE. Así que Sánchez la soltó, fijó la atención de los espectadores en el televisor y desató tal barullo que a partir de ahí se acabó el debate. Ya nadie se enteró de nada más porque provocó una respuesta de Rajoy en ráfaga que embarró el terreno de juego. A los socialistas de las casas del pueblo les gustó aquello, pero la arremetida contra el presidente del Gobierno, según los análisis posteriores, movilizó también a los populares, que no era precisamente el objetivo.
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Sea por ésta o por otras razones calculadas, el propio Pedro Sánchez ha admitido que fue un error cuestionar la decencia de Rajoy y en su equipo confirma que este lunes no va a jugar con esas armas: "No veremos salidas de tono ni ataques porque sí", confirman en su equipo.
Lo que pretende Pedro Sánchez es hacer un debate en positivo y aprovechar la audiencia televisiva para dar a conocer el proyecto del PSOE pero, sobre todo, para"explicar a los españoles por qué hoy sigue Rajoy y no hemos puesto ya en marcha un ingreso mínimo vital o la ley contra la pobreza energética", según explican fuentes de su equipo. El objetivo, por tanto, es señalar a Pablo Iglesias como el responsable de que haya otra vez elecciones y de que no haya habido cambio, debilitar al principal rival electoral del PSOE con el argumento de la pinza de los que "ahora se llaman socialdemócratas" con "la derecha".
Hasta ahora, en los días que han pasado de campaña, el líder socialista ha preferido no entrar en el cuerpo a cuerpo con Pablo Iglesias. Su tono ante la amenaza de Unidos Podemos ha sido moderado, explicando el bloqueo de Pablo Iglesias del cambio o la obsesión por los sillones, pero sin introducir la carga que han aplicado otros dirigentes socialistas como el presidente del Congreso, Patxi López, o la presidenta andaluza, Susana Díaz. Han sido ellos quienes durante el fin de semana han fijado posiciones frente a Unidos Podemos, denunciando que Iglesias quiere "destruir" al PSOE (el argumento que movió López este sábado en Durango para llamar a los socialistas a ponerse "en pie"). Susana Díaz, por su parte, ha atacado por el flanco del debate territorial y los "privilegios" que, según ella, persigue la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Ninguno de esos elementos ha estado especialmente subrayado en el discurso de Sánchez, así que en el PSOE esperan que sea el debate el que defina la estrategia ante Iglesias para los días que quedan de campaña, muchos después de un único debate a cuatro antes de las elecciones en el que, según coinciden distintos socialistas, no se gana demasiado pero se pierde mucho si se comete un error. Hay inquietud también por cómo funcionará el formato, cómo podrán los candidatos marcar el debate y brillar en medio de cuatro voces políticas y tres moderadores.
En medio de eso que algunos en el PSOE piensan que puede ser un "gallinero", el enfoque del que parte Ferraz es, en principio, un planteamiento en positivo y con mucha carga programática para contrastar el perfil de un candidato al que los espectadores se imagen como presidente porque tiene un "proyecto solvente" frente a la 'aventura' de Pablo Iglesias.