C's se resigna a ser partido bisagra pero aspira a decidir el próximo gobierno
Rivera cargará especialmente contra Podemos y Rajoy pero tratará con guante de seda al PSOE

GRA118 MADRID, 07062016.- El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la presentación hoy en Madrid de la Memoria Económica y el programa electoral del partido. EFEJuan Carlos Hidalgo / Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Madrid
Ciudadanos afronta la campaña de la repetición electoral consciente de que tras el 26 J su papel será el de muleta de PP o PSOE. Tras el baño de realidad del 20 de diciembre el partido no sale a ganar. Varios dirigentes de la ejecutiva reconocen que la intención no es si quiera aumentar el número de diputados, sino mantener los cuarenta que obtuvieron en la votación anterior. "Lo firmábamos", dice un miembro de la dirección del grupo parlamentario que confiesa que el objetivo es presentarse como el "muro de contención" del populismo que representa Podemos. Aunque para ello haya que pactar con PP o PSOE, asumir la función de bisagra o agitar el miedo contra Iglesias y los suyos.
La frase "queremos ser útiles y no importantes", repetida por Albert Rivera en casi todas sus intervenciones públicas, resume el fondo de la máxima aspiración del partido. Ser decisivos en la conformación del próximo Gobierno y condicionar sus políticas aunque el resultado sea el mismo o peor que en las pasadas elecciones. Fuentes del entorno del presidente de la formación dan por hecho que sea cual sea el número de escaños que obtengan desempeñarán un papel destacado. "PP y PSOE nos necesitan", dice este dirigente que cree que aunque haya 'sorpasso' de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez, Ferraz nunca pactará con la formación morada. Se asume además que para ello tendrán que incumplir uno de los principios que Rivera ya ha abandonado; el de no formar parte de un Ejecutivo liderado por otro candidato.
Desenmascarar a Podemos
La formación naranja ha colocado en la diana a Podemos y a Mariano Rajoy. El lema "cambio a mejor" hace referencias veladas a esos dos actores. Por un lado la necesidad de acabar con el inmovilismo que en opinión del partido ha caracterizado al gobierno del Partido Popular, y por otro que esos cambios sean responsables, moderados y "a mejor". Todo lo contrario, a lo que según dicen, quiere hacer la candidatura liderada por Pablo Iglesias, al que Albert Rivera busca "desenmascarar". El presidente del partido ha aprovechado las semanas previas a las elecciones para cargarse de argumentos con los que disparar al que ahora consideran su enemigo. Incluso viajó a Venezuela desde donde intentó equiparar a Iglesias con el chavismo y con el jefe del Ejecutivo Nicolás Maduro.
En cuanto al PP, la idea es frenar el retorno de votantes por el acuerdo sellado con el PSOE y la decisión de apoyar a Pedro Sánchez durante su debate de investidura. Rivera insistirá en cargar contra Rajoy como el problema para pactar. En la formación confían en mantener al menos a los votantes del PP que optaron por Ciudadanos defraudados con el candidato. "Al fin y al cabo sigue ahí, el motivo por el que se fueron no ha cambiado", concluyen. La estrategia con el PSOE también será diferente. Comparado con el anterior, el trato a Pedro Sánchez se hará con guante de seda. "Hemos tenido que llegar a acuerdo con ellos pero eso no evita que vayamos a confrontar nuestros programas", asegura José Manuel Villegas, director de campaña, que confirma que las críticas incidirán más en las ideas y no en la situación interna o del candidato socialista.
Perfil bajo para no repetir errores
Los estrategas del partido han diseñado una campaña de perfil bajo. Solo 6 de los 15 días que dura la contienda electoral, Albert Rivera tendrá dos actos por jornada. Se reduce su presencia del líder para evitar así el desgaste y no caer en uno de los errores de la experiencia anterior; la sobreexposición y la reiteración de ideas, que según el partido generaron cierto hartazgo y provocaron algunos errores de comunicación. Además, la formación rehúye esta vez de los grandes mítines con público convencido para realizar actos sectoriales sobre temas concretos. Por ahora, Rivera se ha reunido con representantes del sector del calzado, lácteo, emprendedores, médicos o trabajadores del mundo del cine. El programa electoral, mucho menos detallado y con una redacción distinta, también trata de no repetir las polémicas que marcaron la campaña anterior.
Otro de los errores que el partido no quiere repetir en esta ocasión es crear expectativas basadas en encuestas. Unas semanas antes de las elecciones del 20 de diciembre, algunos sondeos preveían que Ciudadanos podía adelantar al PSOE y colocarse como segunda fuerza política. El partido daba por buenos los datos y Rivera transmitió la idea de que era posible alcanzar el segundo puesto. Ahora, los dirigentes del partido encargados de analizar los sondeos son más cautelosos. Desde la secretaría de organización, que dirige Fran Hervías, aseguran que peligran los escaños de Guadalajara, Albacete y León pero que podrían sumar uno más en Barcelona y Madrid o entrar en Ciudad Real, Guadalajara, Burgos, Pontevedra o Huesca. La horquilla de diputados que calcula el partido va desde los 37 a los 46.