Exhortación apostólica de papa Francisco: Sin cambios en el Vaticano
Francisco pide a los sacerdotes y obispos que, ante las situaciones "irregulares", no se detengan en la norma general y desciendan a lo particular porque actuar de otra forma sería "mezquino"
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Fotografía de archivo fechada el 6 de abril de 2016 que muestra al papa Francisco durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro del Vaticano. / ALESSANDRO DI MEO (EFE)
![Fotografía de archivo fechada el 6 de abril de 2016 que muestra al papa Francisco durante una audiencia pública en la Plaza de San Pedro del Vaticano.](https://cadenaser.com/resizer/v2/3UJ4GKZCYVM6XFKAJ6SJSQ5QFE.jpg?auth=a556706268c1d8c4e667c6296d37367b96cb503fedc89d600758e2ec34af50c8)
Roma
En los dos últimos Sínodos, la mayoría de los obispos no aceptaron los cambios doctrinales que amplios sectores de creyentes reclaman a la Iglesia. El Papa Francisco advierte en su exhortación postsinodal 'Amoris Leatitia' (el amor en la familia) que no cabe esperar una nueva normativa canónica.
Jorge Mario Bergoglio hace suyas las conclusiones de los dos Sínodos de 2014 y 2015 en la exhortación apostólica. Entre otras, la Iglesia seguirá negando a los creyentes católicos el uso de anticonceptivos, la comunión a los divorciados o seguirá rechazando las uniones entre personas del mismo sexo, si bien expresa el deseo de acompañarles y reintegrarles en la comunidad religiosa.
Es notable el esfuerzo del pontífice para explicarlo a los creyentes en su texto de 262 páginas, un verdadero tratado de urbanidad familiar en el que además de la buena educación exalta la dimensión erótica del amor en pareja.
El Papa reitera que no es pecado mortal vivir en ‘situación irregular’. Así llama la Iglesia las separaciones, divorcios o convivencias, alejadas del matrimonio católico de inspiración evangélica que defiende. Reitera que en situaciones extremas se estudiará caso por caso la posibilidad que los creyentes divorciados puedan seguir comulgando, por ejemplo cuando la violencia de género justificó el divorcio. Y en general se dará mayor celeridad a la nulidad matrimonial, si está justificada, en los procesos de los tribunales eclesiásticos.
Pero para evitar cualquier interpretación desviada –recuerda Francisco– la Iglesia “no renuncia a proponer el ideal pleno de matrimonio” según el Evangelio. “No cabe esperar del Sínodo o de la exhortación apostólica –añade el Papa- una nueva normativa general de tipo canónica”.