El Prado y el Reina Sofía reordenan sus colecciones estables
La propuesta aprobada afecta a un número total de 886 obras, que cambian su adscripción de común acuerdo
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Museo Reina Sofía
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Madrid
La Comisión Mixta de los Museos Nacionales del Prado y Reina Sofía ha aprobado el cambio de adscripción de las colecciones de artistas nacidos entre los años 1850 y 1880, ambos inclusive, a las colecciones estables de una u otra pinacoteca, en virtud del Real Decreto 410/1995, de 17 de marzo.
La propuesta presentada por ambos museos nacionales responde a una exhaustiva revisión de sus fondos y a un riguroso control de inventarios, que ha conllevado un profundo proceso de análisis, documentación e investigación de las colecciones por parte de ambos museos
La ordenación aprobada afecta a un total de 886 obras. De ellas, 423 pinturas, 89 esculturas, 92 piezas de Artes Decorativas, 135 dibujos y 57 estampas pasan a ser adscritas al Museo del Prado, mientras que el Museo Reina Sofía recibe la adscripción de 33 obras: 3 pinturas, 1 escultura, 1 dibujo, 26 estampas y 2 piezas de Artes Decorativas que se mantendrán como depósito en el Museo del Prado.
El Prado toma también la gestión de 57 obras identificadas que continúan desaparecidas, situación heredada de la gestión de las instituciones extintas que anteriormente fueron sus custodias; estas obras sin localizar se concretan en 44 pinturas, 12 esculturas y 1 dibujo.
El criterio de esta reordenación cumple con el mandato del Real Decreto 410/1995, de 17 de marzo, sobre Ordenación de las colecciones estables del Museo Nacional del Prado y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en virtud del cual corresponden a las colecciones adscritas al Museo Nacional del Prado las obras de autores cuya fecha de nacimiento sea anterior a la fecha de nacimiento de Pablo Ruiz Picasso -1881- y al Museo Reina Sofía las obras de autores posteriores a la misma.
El Real Decreto establece como excepciones a este criterio las obras de 31 autores -Anglada Camarasa, Nonell, Darío de Regoyos o Zuloaga, entre otros- que, aunque nacidos antes de 1881, participaban de la modernidad, por lo que son asignados al Museo Reina Sofía.
Se trata de pintores y escultores representativos de las corrientes artísticas que ya habían coexistido con el impresionismo, que tuvieron relación con las tendencias postimpresionistas y con los movimientos intelectuales que arrancan de 1898. De esta forma, el Museo del Prado terminaría su discurso con la renovación del paisaje y naturalismo de finales del siglo XIX, representada en obras de Beruete, Pinazo y Sorolla.