La fiesta de Cristiano

El Real Madrid se exhibió ante el Celta con un festival de futbol y goles (7-1) en el Estadio Santiago Bernabéu. Los de Zidane anotaron seis tantos en tan sólo 45 minutos en una segunda parte perfecta. Cristiano Ronaldo, con cuatro goles, acalló a la grada que le pitó durante los primeros minutos de encuentro. Pepe, Jesé y un recuperado Bale, también aportaron en la fiesta goleadora.

El Real Madrid de Zidane mostró una cara diferente en el inicio del encuentro. Las bajas ocasionaron la entrada de Casemiro en el centro de campo, acompañado en la medular por Isco y Kovacic. Destacaba también la vuelta de la pareja de centrales Pepe-Ramos y la entrada en el once de Lucas Vázquez, el jugador más destacado ante el Levante en el partido del pasado miércoles.

Los dos equipos comenzaron el encuentro tanteándose, y la primera ocasión llegaría en el minuto 13, en una jugada que nace de las botas de Nolito, el jugador con más talento de la escuadra visitante. El gaditano se deshizo de Carvajal con facilidad y originó una gran jugada colectiva del Celta, que finalizó con un remate al larguero de Iago Aspas.

Mientras el travesaño evitaba el gol del Celta, al conjunto de Zidane le costaba crear peligro. La ocasión más clara del Real Madrid en los primeros treinta minutos llegó pasado el 20 de encuentro, cuando Isco hizo un quiebro magistral en el área pequeña y su disparo, demasiado centrada, fue rechazado por el portero Rubén, sin duda el mejor de los visitantes en la primera parte.

Con el Madrid más espeso de lo normal, el 1-0 llegó a balón parado en el minuto 40. Un córner botado por Isco desde la derecha conectó con la cabeza de Pepe, que magistralmente abrió la lata para gozo de los aficionados del Estadio Santiago Bernabéu, que al filo del descanso vio cómo su equipo se ponía por delante con más eficacia que brillantez.

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La segunda parte comenzó con un Real Madrid mucho más centrado, encerrando al Celta en su área e intentando crear ocasiones de peligro en base a una intensidad alta. Bale, baja durante el último mes y medio, calentaba en la banda cuando a Cristiano Ronaldo se le pitaba en ciertos sectores de la grada.

La respuesta del portugués no se hizo esperar. En el minuto 50, la estrella del Real Madrid soltó un zambombazo desde fuera del área que Rubén tan sólo pudo ver pasar. Ronaldo, en la celebración, se llevó una de sus manos a la oreja, pidiendo a los aficionados blancos que volviesen a pitar. Un gesto desafiante dedicado a aquellos que ponían en duda su valía minutos antes.

El astro portugués volvió a aparecer en el minuto 57 para anotar otro golazo y esta vez fue de falta. Ronaldo colocó el balón donde quiso, y fue en la escuadra, absolutamente imparable para Rubén. Ni quince minutos de la segunda parte, y el encuentro ya era la fiesta del luso. Un par de minutos después volvió a incomodar al portero visitante, con otro golpeo de falta que el guardameta del Celta rechazó como pudo, estrellándose finalmente el balón en el larguero.

En el minuto 62 llegaría la reacción del Celta, gracias a un fallo defensivo del Real Madrid que provocó la ira de Zinedine Zidane. Iago Aspas se marchó solo ante la mala vigilancia de Pepe y Ramos y batió a Keylor Navas picando el balón por encima del portero costarricense. Un toque sutil que evidencia la calidad del delantero gallego.

La alegría, sin embargo, le duró poco a los visitantes. Una gran jugada de Isco le puso en bandeja el 4-1 a Cristiano Ronaldo, que completó su hat-trick particular. El malagueño se marchó inmediatamente después para dar paso a Gareth Bale, que se colocó en banda izquierda en el día de su regreso a las campos de fútbol. Berizzo también movió ficha y dio entrada a Guidetti, que sustityó a Aspas.

Con el paso de los minutos, la intensidad del encuentro bajó pero no el hambre de gol del Real Madrid. Ronaldo hizo el 5-1 de cabeza tras un córner y sin tiempo para disfrutarlo, Jesé anotó el 6-1, ante la pasividad de un desfondado y desanimado Celta que no demostró en la tarde de hoy el fútbol que le ha llevado a pelear por puestos europeos.

Pero el partido todavía no había acabado y faltaba Gareth Bale por unirse a la fiesta. El expreso de Cardiff se marcó una tremenda galopada antes de batir a Rubén con un certero disparo cruzado. El galés anotaba en su regreso y el Real Madrid de Zidane completó así la fiesta perfecta.