"Era un esqueleto en la cama. Ha muerto delante de nosotros"
400.000 personas siguen sufriendo el estado de sitio en 15 localidades sirias.
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Varias personas a las afueras de la sitiada localidad de Madaya a unos 24 km de Damasco (Siria). / YOUSSEF BADAWI (EFE)
![Varias personas a las afueras de la sitiada localidad de Madaya a unos 24 km de Damasco (Siria).](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZNVXNLCJ2RKPZOKHYYTKEV4C5M.jpg?auth=baf2b50e9d6779ede914b1c50de1cac59a0baa98941c8da4d5ae42e1cb10a401)
Madrid
Era un esqueleto en una cama. Era joven. Hoy han llegado más alimentos y más medicinas a Madaya, pero la inanición ha sido más fuerte que su cuerpo. El chico ha muerto frente a los ojos de la representante de UNICEF en Siria. Ha sido la primera imagen que ha descrito Hanaa Singer en esta entrevista telefónica.
La población de Madaya ha comido, por fin, estos días. "Al menos una o dos veces al día", dice Singer, "todas las personas con las que hemos hablado han recibido alimentos de la primera distribución humanitaria el lunes pasado". En las próximas horas el segundo convoy humanitario va a hacer la segunda distribución, sobre todo harina de trigo y medicinas. También están instalando un hospital de campaña para atender a la gente de manera urgente. Singer asegura que todas las personas sufren desnutrición. Esta es la prioridad, después harán evaluaciones casa por casa para saber con exactitud la magnitud de esta crisis humanitaria.
Prácticamente la mitad de la población de Madaya (42.000 habitantes) son niños. Y están aturdidos. "Están pidiendo constantemente un trozo de pan", dice la representante de UNICEF, "te cuentan cómo han sobrevivido estos meses, comiendo sopa hecha de agua hervida con especias y hojas de los árboles". Singer advierte de que hoy se habla de Madaya porque han conseguido el permiso para entrar del régimen y sus milicianos, que son los que tienen la ciudad sitiada desde hace seis meses, pero no es la única localidad en esta situación. Deir Al-Zur, al noreste del país, es bastante más grande, tiene 200.000 habitantes, y lleva meses sitiada por DAESH. Lo mismo sucede con Fua y Kefraya, al noroeste, sitiada también por diferentes grupos armados. Y así hasta quince localidades sirias en las que no entra ni sale nada, ni nadie. Por eso la ONU pide a todas las partes combatientes que dejen de usar el hambre como arma de guerra. Porque además de ser un crimen contra la humanidad, es la única manera de acabar con el inmenso sufrimiento por el que están pasando 400.000 personas dentro de Siria.