“Las coaliciones se tiene que tejer antes de las elecciones”

Madrid

Militante de izquierdas desde su adolescencia, herencia de sus abuelos republicanos exiliados en su país en 1939, Pablo Velozo hizo el viaje inverso y vivió en España durante el gobierno de Adolfo Suárez y los primeros años de Felipe González. El secretario general del Partido Socialista (PS) de Chile ha vivido con emoción, desde la calle Ferraz, las elecciones del 20D. Velozo ve "muy difícil" una solución para formar gobierno con estos resultados porque las coaliciones "se tienen que tejer antes", como ha sucedido en Chile donde gobierna desde hace más de 20 años la Concertación de Partidos para la Democracia, conformada por adversarios históricos, como el Partido Demócrata Cristiano, que derrocó al socialista Salvador Allende. Esa red, elaborada durante 25 años en Chile, no es extrapolable a España que, según Velozo, "tiene una ecuación muy difícil de resolver". Reconoce el batacazo del PSOE e incide en que no se está analizando lo suficiente la manera en la que los nuevos partidos están entrando en el sistema. "Es un impulso que viene del estómago", dice refiriéndose a Podemos, "es un fenómeno más emocional que un partido de gobierno para un país tan complejo como España".

Velozo no cree que la izquierda esté viviendo una crisis a nivel global. Tampoco en Latinoamérica pese a la derrota de Maduro en las legislativas de Venezuela, los bajos índices de popularidad de Dilma Rousseff en Brasil o la victoria de Macri en Argentina. Hay que diferenciar entre la "izquierda bolivariana" de Latinoamérica y la "izquierda socialdemócrata". Aunque sí está habiendo un cambio de paradigma dentro de esta izquierda en la que los segundos, los socialdemócratas, están saliendo reforzados, y pone como ejemplo el caso del gobierno de Michele Bachelet. "Decir que el gobierno de Macri es de derechas es un error histórico ya que se ha presentado una coalición en la que hay tres partidos que pertenecen a la Internacional Socialista. Y lo mismo pasa en Venezuela donde no toda la oposición es de derechas", recalca.

Velozo asumió la secretaría general de su partido en mayo de 2015, en pleno escándalo de financiación ilegal de los partidos políticos en Chile. Según Velozo, el PS ha impulsado medidas que garantizan la transparencia y la financiación pública de los partidos por primera vez la democracia chilena. Lo que no ha querido confirmar Velozo es si Isabel Allende, presidenta del PS y nieta de Salvador Allende, será la candidata en las próximas elecciones presidenciales de 2018.

Sobre la crisis humanitaria que están viviendo miles de persones que huyen de sus países y arriesgan sus vidas para llegar a Europa, Velozo dice que desde Latinoamérica se ve "con espanto" lo que están sufriendo los refugiados. Reconoce la dificultad de resolver una crisis de esta magnitud pero ve en España un sentimiento positivo hacia ellos, al fin y al cabo, "venimos de unos países que han estado en situaciones similares", España y Chile, ambos países productores de exiliados y receptores de refugiados. Los abuelos de Velozo formaron parte de los 2.200 exiliados republicanos que llegaron en el Winnipeg, el barco de carga que arribó a Valparaíso desde Francia el 2 de septiembre de 1939 tras las gestiones del entonces cónsul de Chile en París, Pablo Neruda. Tenían poco más de 20 años, su abuelo fue teniente del ejército republicano en Valencia. Su abuela le siguió en la crudeza de la guerra, en las penurias del campo de concentración francés y en su travesía a las Américas. Así, con mucha voluntad y más trabajo, se labraron una vida en Chile, sin ninguna cobertura del Estado. Pero cuando consiguieron consolidar sus vidas, revivieron los sufrimientos del pasado con el golpe militar de 1973. "Todavía tengo en mi retina los llantos de mi abuelo", dice Velozo, "porque veía que se estaban repitiendo las atrocidades que se cometieron en España entre 1936 y 1939. Sus abuelos ayudaron a militantes de izquierdas a salir al exilio pero ellos se quedaron en Chile hasta la muerte de su abuelo diez años después; pudo ser testigo en la distancia de la muerte de Franco pero no de la de Pinochet. Fue su padre, opositor al régimen pinochetista, el que hizo el viaje a la inversa y vino con su familia a España, a "capear la dictadura", cuenta Velozo emocionado mientras recuerda esta historia de ida y vuelta.