El Barcelona gobierna el fútbol mundial

El partido suponía todo un choque de estilos, un envite entre los dos extremos del muestrario futbolístico mundial. El Barcelona, representante de la escuela holandesa y equipo fino frente al River Plate, una escuadra voluntariosa y cargada de emoción y moral.

El equipo argentino arrancó el partido más caliente, como si su motor fuese de combustión y el Barça llevase pilas alcalinas. Fueron unos primeros minutos en los que los once de la franja apretaron y mucho la salida de balón del Barcelona, provocando errores en la salida del juego y propiciando alguna ocasión aunque no demasiado clara.

Gallardo apostó por un once más atacante de lo habitual, con Viudez en lugar de Pisculichi, junto a Alario, Roca y Carlos Sánchez, los cuatro eran los encargados de correr tras los centrales azulgranas. Sin embargo la gasolina del motor argentino se fue agotando y la clase del Barça empezaba a aflorar en los pies de Andrés Iniesta.

Rakitic, Iniesta y Messi comenzaron a circular el balón de forma endiablada con pases largos, cortos, al primer toque y de casi todas las maneras posibles. Así llegaron las primeras ocasiones claras en las botas de Neymar, que tuvo una autovía en la banda izquierda. Por ahí llegó el gol, el brasileño bajó el balón y Messi controlando el balón al límite de lo legar batía a Barovero con un sutil disparo. 0-1 y partido encarrilado.

Baile en la segunda mitad

El segundo acto supuso una vuelta de turca en la final de Yokohama. El River siguió viniéndose abajo y el Barcelona prosiguió con su festival a través de una exhibición de su tridente. Neymar no marcó pero se disfrazó de asistente y de mago, dejando una jugada maravillosa en la que dejó atrás a cuatro rivales a una velocidad vertiginosa.

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Entretanto Suárez hizo un gol marca de la casa, enfrentando a Barovero y metiéndole el balón entre las piernas con algo de fortuna. 0-2 y partido sentenciado.  River sí que aumentó en un aspecto, elevando la intensidad de las faltas, tratando de frenar la avalancha azulgrana.

El tercero y definitivo llegó en una nueva asistencia de Neymar, el más generoso del tridente, y poniendo una pelota en la cabeza de Suárez para que el charrúa marcase el segundo de su cuenta. Los minutos finales resultaron una pequeña tregua para River Plate en los que fueron los únicos instantes de relajo para ellos en una final desbordante.

El Barcelona de Messi y Luis Enrique ya domina el fútbol mundial, con la receta de siempre y algunas innovaciones. Un equipo que ha ganado cinco de los seis títulos que ha jugado y cuya hambre parece infinita.