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El PSOE defiende que el debate ha decantado voto

En la sede de Ferraz, abarrotada de militantes, se siguió con entusiasmo el debate a cuatro del que Pedro Sánchez salió sin ningún frente abierto

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), posa esta noche con el presidente de Atresmedia, José Creuheras (i) y el consejero delegado del grupo, Silvio González Moreno (d), antes del debate televisivo entre los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos / Ballesteros (EFE)

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), posa esta noche con el presidente de Atresmedia, José Creuheras (i) y el consejero delegado del grupo, Silvio González Moreno (d), antes del debate televisivo entre los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos

"Es el único presidente que hay en ese plató". Era el comentario de Antonio Hernando, portavoz socialista, en el segundo parón del debate para la publicidad. Siguió el programa desde uno de los despachos de Ferraz y él, como el resto de la cúpula socialista, volvió a ver a Sánchez como ganador. Por su aplomo y por sus propuestas, porque presentó un proyecto completo de país, vino a decir. En el PSOE aseguran que perdió Rajoy por no ir y porque Sáenz de Santamaría no dio la talla y que, en cambio, ganó Pedro Sánchez porque, a juicio de los socialistas, este debate ha servido para decantar voto en favor del PSOE.

Para los socialistas, el choque de este lunes ha sido especialmente relevante para el PSOE porque Sánchez se ha mostrado como un candidato "serio" y "solvente", frente al resto, y sobre todo, propositivo. Le contaron en su equipo 26 propuestas, muy por encima del resto (12 de Rivera, 9 de Iglesias y 5 de Sáenz de Santamaría, según el PSOE). Que Pedro Sánchez haya superado el segundo debate sin resbalar ni con un frente abierto hace respirar aliviados a muchos socialistas, conscientes de que arriesgaban mucho con este nivel de exposición y de que, como finalmente fue, el líder socialista iba a recibir ataques desde los tres contrincantes.

En Ferraz habilitaron ayer tres pantallas para seguir la noche y, desde prácticamente las nueve de la noche, el vestíbulo de la sede del PSOE estuvo lleno de gente. Se vivió un momento de inquietud y de confusión al principio, cuando no veían a Pedro Sánchez en el desfile inicial de candidatos, así que el primer gran aplauso de la noche sonó en cuanto lo vieron en la pantalla ocupando posiciones para el debate. Y así fue toda la noche.

Cada vez que abrió la boca el candidato socialista sonaron los aplausos, especialmente en el bloque de corrupción, el que se vivió con más intensidad en la sede socialista. La mayor carcajada de la noche, hubo más de una, fue la que provocó la justificación que hizo la vicepresidenta Sáenz de Santamaría de la ausencia de Rajoy, en su primer turno de palabra. En el PSOE había expectación por saber cómo iba a funcionar la número dos del Gobierno en este trance y anoche estaban convencidos de que "pinchó". "En dos minutos y medio en el Congreso se puede tapar lo que no puede ocultarse en dos horas", comentaban los socialistas. Albert Rivera, según fuentes socialistas, no logró remontar su "mal papel" en el debate de El País, al tiempo que Pablo Iglesias estuvo, y en eso también coincidieron varios socialistas consultados, mejor que en la anterior cita.

Debatir y arriesgar

En el Comité Electoral del PSOE tuvieron claro desde el principio que el candidato tenía que arriesgar en tres debates con los líderes, uno con la número dos de la lista de Rajoy pero, en cualquier caso, atender a las peticiones de los medios y cumplir lo que, según fuentes socialistas, se espera del PSOE en estas circunstancias. "Nos tendríamos que ir de España si hacemos lo de Rajoy", bromeaba un dirigente socialista. Hay quienes en el partido no han entendido del todo que Sánchez haya aceptado sentarse con Sáenz de Santamaría, pero Ferraz lo han defendido desde el principio. Añadía dificultad porque era un formato diferente al anterior con una interlocutora nueva, pero el líder socialista, han asegurado en todo momento, tenía que cumplir con su palabra de debatir.

En esta ocasión, como el lunes pasado, Sánchez cumplió toda la liturgia y, sobre todo, con las exigencias televisivas. De camino a las instalaciones llevó, como el resto de los candidatos, una cámara que captaba cada uno de sus gestos. Le acompañaba, de nuevo, su mujer, Begoña Gómez. Ella le agarraba la mano pero él apenas la miraba. Iba tenso en el coche mirando el móvil, ensimismado en sus pensamientos, después de un día completo concentrado en la preparación del choque. A las 20.40, cuando descendió del coche, eso sí, ya llevaba la sonrisa puesta. Sonrisa y corbata roja, la que suele elegir para las grandes ocasiones como el día de su proclamación como candidato en el teatro Circo Price de Madrid.

No los vieron los espectadores, pero entre los acompañantes de Sánchez iban su número dos, César Luena; las responsables de prensa Maritza Ruiz y Verónica Fumanal y la persona a quien el PSOE ha encargado la coordinación de los debates y que es quien se encarga de hablar con el candidato entre bloque y bloque del debate, Óscar López.

 
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