Cameron da un ultimátum a la Unión Europea para que acepete sus demandas
El primer ministro británico presentará este martes sus exigencias para permanecer en la Unión Europea. Entre ellas, reclama la "devolución" de poderes y se niega a una mayor "integración"
El primer ministro británico, David Caemeron. / POOL (Reuters)
El primer ministro británico, David Cameron, dará un ultimátum esta semana para renegociar la salida de Reino Unido de la Unión Europea si los líderes de la Unión no aceptan sus demandas. Ha sido el adelanto que ha hecho para el diario The Guardian.
Cameron quiere cambiar los términos de su pertenencia a la UE. Por ello, el próximo martes anunciará todas sus “exigencias” para continuar dentro. Entre las peticiones más polémicas, negar la asistencia social a los trabajadores de la UE en los primeros cuatro años de residencia en el Reino Unido.
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El primer ministro ha elaborado una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la que se resiste a una “mayor integración” del Reino Unido en la UE, una devolución de “poderes” y la reivindicación de mayor inclusión en la toma de decisiones para los nueve miembros que se encuentran fuera de la zona euro.
De ver rechazadas sus peticiones, podría respaldar la salida de los británicos mediante un referéndum que se celebraría antes de finalizar el año 2017. Sin embargo, Cameron ha querido dejar claro que espera que los líderes europeos acepten estas demandas, manteniéndose en el bloque de los 28, al que se unión en 1973."Buscamos un acuerdo que funcione para el Reino Unido y para nuestros socios europeos", aseguró Cameron.
Sin embargo, la posición del británico ha sido rechazada por algunos sectores. Entre ellos, los euroescépticos del Partido Conservador. Consideran que Cameron ha cedido ante Europa rebajando sus demandas, mientras que tienen la seguridad de que Bruselas no cederá.
Por su parte, Polonia le acusa de intentar modificar por decisión propia el principio de libertad de movimientos que rige en la Unión Europea. Piensa que se trata de una medida discriminatoria con respecto a los ciudadanos de países miembros.
