El Atlético se atasca en Astaná

Madrid

El Cholo introdujo tres cambios en su once. Siqueira entró en defensa, Saúl en el centro del campo y Fernando Torres en ataque como compañero de Griezmann. Su equipo parecía confeccionado para no volverse loco ante un equipo inferior pero con un escenario poco propicio para los rojiblancos, especialmente por el césped artificial.

De hecho, al Atlético le costó mucho asomarse al área rival a lo largo de todo el partido. Siempre primó el control al desborde y sus primeras aproximaciones a la portería contraria llegaron en disparos de Gabi y Tiago. En los dos casos, el balón fue taponado por hombres del Astana.

Aunque en el Calderón los de Simeone ganaron con suficiencia a los kazajos, en esta ocasión les costó sudar para evitar un disgusto. Porque a pesar de que el Astana es el pez chico del grupo y casi de toda la Champions, supo crear peligro y acercarse a la portería de Oblak.

El que más amenazó fue Kabananga, el jugador con más profundidad del equipo azul. Su velocidad puso en aprietos más de una vez a la línea de contención del Atlético. Sin embargo, los rojiblancos volvieron a tener en su portero a un seguro de vida.

Porque Oblak sacó bien las bolas lanzadas por Foxi, Shomko y el propio Kabananga. Muchas de ellas no fueron sencillas porque cualquier bote en un terreno de juego como el del Astana Arena podía convertirse en una herida de muerte.

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Pero como fue un partido abierto, el peligro estuvo presente en las dos porterías. La mejor ocasión para el Atlético llegó cuando se había cumplido media hora de partido. Balón en largo de Juanfran a Torres. Se la comió el defensa y el delantero le pegó con el exterior de su pie derecho. La pelota se fue cerca del palo izquierdo de la portería de Eric. Perdodó Torres, que se fue del partido –sustituido por Jackson Martínez- sin hacer el esperado gol número cien con la camiseta rojiblanca.

Tuvo otra el Atlético en las botas de Koke. Fue en una falta desde el costado izquierdo que el canterano decidió lanzar directamente a portería y que se estrelló en el larguero del marco kazajo.

Fueron dos oportunidades para encarrilar el partido y también el pase del Atlético a los octavos del final de la Champions League. Pero el conjunto de Simeone estaba destinado a sufrir en su cuarto partido de la fase de grupos.

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Sin la chispa de Griezmann y con un Torres sin acierto, el Cholo recurrió en la segunda parte a Jackson Martínez y al eléctrico Carrasco. En el banquillo se quedó Óliver Torres pensando (quizá) que le va a costar tener tantas oportunidades como al comienzo de la temporada.

Se asomó algo más el Atlético a la portería contraria. Primero, en un disparo cruzado de Griezmann. Después, con un centro de Carrasco que pegó en la parte superior del larguero. El conjunto madrileño ganó en verticalidad y fue a por el partido hasta el último minuto apoyado, en gran medida, en la capacidad de llegada y desborde del belga.

Óliver se sumó al proyecto en la recta final. Pocos minutos por delante, pero muy intensos. El Atlético apretó buscando ratificarse como líder de su grupo. El empate hacía que se le pudiera pasar el Benfica o que el Galatasaray se quedara solo a un punto apretando mucho el cuarteto.

No lo logró pese al intento final de Carrasco, que dejó la sensación de que quizá habría podido aportar más saliendo desde el inicio. El pinchazo, en cualquier cosa, es menor teniendo en cuenta que al conjunto rojiblanco le quedan todavía dos partidos ante los dos rivales de mayor entidad del grupo.

El próximo, ante el Galatasaray en el Calderón, debería ser en el que el Atlético sentenciara el pase a octavos. El último, en casa del Benfica, el de la consecución de la primera plaza. Pero eso todavía está por llegar.