Defex pagó gastos médicos a un alto cargo clave en la estafa de Angola
La Guardia Civil desvela que la comercializadora pública de armamento Defex abonó gastos médicos en Madrid al jefe de la Policía Nacional de Angola, Ambrosio de Lemos, y a su mujer. El cuerpo policial que dirige era el destino del fraudulento contrato de armas que destapó el caso
Un soldado angoleño, en una imagen de archivo. (EFE)
Madrid
La trama corrupta Defex, de sobornos para la obtención de contratos fraudulentos de armamento, compraba mediante comisiones a funcionarios y políticos deshonestos de los países donde operaba, los agasajaba con cestas de Navidad de 700 euros la unidad, y también utilizaba otros métodos para lograr sus fines delictivos, según los investigadores.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha desvelado en un informe al juzgado número cinco de la Audiencia Nacional que instruye el caso que la Unión Temporal de Empresas formada por la pública Defex y la privada Comercial Cueto corrió con los gastos médicos y de alojamiento en Madrid del Comisario Jefe del Comando General de la Policía Nacional de Angola, Ambrosio de Lemos; de su esposa, Ana Freire y de un pariente de ambos.
No solo eso. Según la investigación de la UCO, Defex pagó esos gastos con dinero que había estafado a la propia Angola con aquel contrato de armas para la Policía Nacional de ese país por 152,9 millones de euros en 2009, del que llegó equipamiento por poco más de 50 millones. La organización criminal ni siquiera gastó un euro de fondos propios para el cohecho.
Ambrosio de Lemos pasa por ser el jefe supremo de la Policía Nacional de Angola y fue un personaje clave en la aprobación de la estafa a ese país que hizo estallar el caso. Además de los gastos médicos, desplazamiento y alojamiento, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil también ha desvelado que su esposa, Ana Freire, recibió el pago de unos 15.000 euros en concepto de comisiones.
Los investigadores creen que estos pagos se produjeron como premio por la obtención del contrato con Angola. A su juicio, Ambrosio de Lemos sería un personaje relevante para esta operación, pero tampoco es el ‘Kin’ (sic) de la trama, que solo por ese contrato se embolsó tres millones de euros.
Además de la venta de armas de Angola, el juez José de la Mata ya investiga en una pieza separada secreta varios más en Camerún y Arabia Saudí, y no se descarta que el entramado “corrupto con la garantía del Estado” hubiera operado en más países. Los cabecillas identificados, como el expresidente Encinas Charro y el coronel Larumbe, actuaban “en el ámbito de la comisión” desde hacía “al menos” un decenio.
