Menos eficacia de Hacienda frente al fraude fiscal
Los técnicos de Gestha lo atribuyen a cambios en las pautas de investigación del fraude
Carlos Cruzado, presidente de Gestha.
Madrid
La asociación Gestha de técnicos de Hacienda llama la atención sobre el descenso en el número de denuncias por fraude fiscal que presenta la Agencia Tributaria a partir de sus investigaciones sobre el fraude: menos denuncias, menos importe económico de los delitos fiscales denuncviados y menor eficacia en el cobro de la deuda tributaria pendiente, como otros tantos síntomas -dice- de que la organización de la Agencia no es la adecuada para combatir el fraude y mejorar la recaudación fiscal.
En la última década, 2011 marcó el record en el número de denuncias presentadas por fraude fiscal por la Agencia Tributaria: más de un millar, frente a menos de 300 denuncias por el mismo motivo en 2014. Más allá del efecto coyuntural de la última amnistía fiscal, los técnicos de Gestha lo atribuyen a una norma de 2008 que limitó su labor. Su portavoz Carlos Cruzado remarca que cuando un técnico de Hacienda detecta irregularidades que alcanzan un importe de 120.000 euros -cantidad a partir de la cual pasa a ser considerado como delito fiscal- "se ve obligado a pasar el expediente a otra instancia superior, lo que sin duda tiene influencia en la pérdida de efectividad" en la investigación.
Con ello -señala- disminuye también el importe de la deuda atribuída a esos delitos fiscales. Mil millones de euros en 2004, apenas 300 millones en 2014. El problema de fondo, para Gestha, es la "falta de interés real en la persecución del gran fraude fiscal". "Se prima la cantidad a la calidad", añade, en el sentido de que las autoridades de la Agencia, y del propio Ministerio, estarán más interesados en presentar un elevado número de actuaciones en persecución del fraude, aunque se trate de irregularidades de poca monta, en lugar de centrarse en investigaciones más ambiciosas, más amplias, con las que se puede poner coto a los grandes defraudadores.
Gestha reclama, además, un sistema más eficaz para el cobro de las deudas pendientes. Sumaban 21.000 millones de euros en 2004. Eran más de 50.000 millones diez años después.
