Es la primera vez que un ayuntamiento en España decide romper con las agencias de calificación internacionales y la primera vez que se escucha a sus auditores entrevistar a los funcionarios de la institución para decidir si mantienen o bajan la nota de calificación, un dato pro el que se rigen los inversores extranjeros para invertir en un país con una alta deuda pública. Según ha podido saber la Cadena SER,Standard & Poors y Fitch no renovarán en 2016 el contrato con el Ayuntamiento de Madrid para auditar la deuda municipal. La concejalía de Hacienda ha tomado esta decisión después de las dos últimas reuniones con ambas agencias auditoras el pasado mes de septiembre. Entre los argumentos, y ante los recelos que pueda generar la decisión, el equipo de la alcaldesa Manuela Carmena mantiene que no habrá nuevas políticas de ampliación de la deuda, es decir, no se embarcarán en proyectos faraónicos como en anteriores legislaturas, como por ejemplo la remodelación de la M-30. Además, la pasada semana la concejalía de Hacienda dio luz verde al pago anticipado de 365 millones de euros, un excedente presupuestario que, en cualquier caso, debían destinar por ley. El equipo de Carmena no quiere dejar las arcas del Ayuntamiento con superávit si eso supone recortar en políticas sociales pero insiste en que no dejarán de pagar la deuda que arrastra el consistorio y que en la actualidad ronda los 5.900 millones de euros, según la última estimación de 2014. Tampoco contratarán más a las agencias de calificación que reciben unos 110.000 euros anuales desde el año 2004. La ruptura del contrato se produce después de las reuniones —vía telefónica— con ambas consultoras. La Cadena SER ha tenido acceso a estas conversaciones en las que el equipo de Hacienda se enfrenta a las preguntas de Standar & Poor’s y Fitch y en ambos casos se viven momentos de tensión. Unas reuniones que estuvieron centradas en la desconfianza de las agencias calificadoras al pago de la deuda por parte del consistorio, recelosas y críticas con la auditoría interna que lleva a cabo el equipo de Carmena y, en algunos casos, interesados por algunos detalles que nada tienen que ver con la información necesaria para los inversores y que obtienen a través de la nota de calificación asignada a Madrid —en la actualidad, BBB—. En la entrevista, la auditora de S&P insiste en el temor al impago, recuerda al equipo de Manuela Carmena la buena relación con el Gobierno municipal anterior y su discrepancia con la auditoría de la deuda. Hay momentos de fricción, como cuando desde el equipo de Economía reprenden a los consultores al dar por hecho que dejarán de pagar la deuda. Y si el objetivo es calificar a Madrid de cara a los bancos e inversores, hubo otros momentos de sorpresa para el equipo de Hacienda cuando Fitch se interesó por si el consistorio mantendría la subvención a la escuela de tauromaquia Marcial Lalanda Cualquier apartado sobre la auditoría municipal genera recelos en las agencias, incluida la que se está llevando a cabo en las entidades municipales dependientes del consistorio. En este caso, Fitch preguntó por Madrid Destino. “Si hay alguna irregularidad” dice el consultor “esperamos no tenga repercusiones sobre las obligaciones del Ayuntamiento” a lo que la representante de hacienda responde «Lo que esperamos es que no nos hayan hecho ningún pufo». Preguntadas Standar & Poors y Fitch por qué implicaciones podría tener para el Ayuntamiento romper la relación contractual han preferido no dar su opinión. Las auditoras califican a los países al margen de que mantengan o no dicha vinculación contractual, no es así en el caso de los ayuntamientos y comunidades autónomas en cuyo caso dejan de recibir la nota de calificación. En la última calificación —tras estas conversaciones del pasado mes de septiembre— S&P mantuvo la nota a Madrid en «BBB/A-2» pero bajó la perspectiva de «estable» a negativa.