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LA ESTRATEGIA SOCIALISTA PARA EL DÍA DESPUÉS

"Firmeza" para defender la ley y diálogo, las recetas socialistas para el día después

El PSOE quiere tener un papel "central" en el impulso y negociación de una nueva Constitucón

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante un acto de campaña en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) / ANDREU DALMAU (EFE)

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante un acto de campaña en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)

Madrid

El PSOE ha rechazado de plano la reforma del Tribunal Constitucional aprobada por el Partido Popular para hacer frente a la situación en Cataluña (entiende que ya había mecanismos suficientes) pero, con la misma claridad, Pedro Sánchez ha asegurado que apoyaría al Gobierno de Mariano Rajoy en la defensa de la legalidad. Llegado el caso, actuarán con "firmeza", sostiene un portavoz oficial de Ferraz. Éste sería el peor de los escenarios posibles con el que trabaja la dirección federal, que confía en el diálogo como la única receta posible para superar la fractura en Cataluña y que otorga al PSC un papel "central" en esas negociaciones.

"Esto no es un cabreo como el 15M, aquí hay que gestionar una ilusión". La reflexión la hace un dirigente del PSC ante la posibilidad de una mayoría soberanista tras un recuento de las urnas que, según barruntan en las filas del PSOE, dejará un escenario de difícil manejo. Son muchos los socialistas que coinciden en el diagnóstico de Josep Borrell de una Cataluña "frustrada, dividida y melancólica" después de estos comicios, pero también son mayoría los que defienden que solo el diálogo puede recomponer la situación. Todas las voces autorizadas del PSOE que han participado en la campaña han dicho que hay que hablar -"a partir del 27 de septiembre, doble receta de diálogo o catástrofe", ilustraba el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig- y todos los caminos del PSOE conducen a Granada, la ciudad en la que en septiembre de 2013 los socialistas fijaron sus líneas rojas para afrontar la controvertido cuestión territorial.

En esa Declaración de Granada están escritos los principios sobre los que el PSOE quiere que se asiente la reforma federal de la Constitución, la alternativa que han pregonado en los mítines y entrevistas durante la campaña Pedro Sánchez, Miquel Iceta y la amplia nómina de dirigentes del partido que desfilado por Cataluña. El reconocimiento de la singularidad catalana sin generar desigualdades territoriales, la mejora del autogobierno para blindarse contra la recentralización y la articulación de un sistema de financiación que garantice la suficiencia y la solidaridad son las principales líneas de ese consenso básico socialista que la dirección de Sánchez quiere ampliar al resto de los partidos políticos.

Su idea es poner sobre la mesa un documento de partida que será fruto del trabajo del grupo de juristas nominados por el PSOE para trabajar en este asunto. El intercambio de documentación entre los expertos se ha interrumpido en la campaña catalana en un intento de minimizar los riesgos de ruidos imprevistos pero, según fuentes socialistas, la propuesta tendrá forma antes de las elecciones generales.

Para los socialistas, la reforma de la Constitución, cuya aprobación requiere la convocatoria de un referéndum, permitiría subsanar uno de los males que han agravado la crisis política en Cataluña y sobre el que se han pronunciado en estos días voces como Guillermo Fernández Vara o Josep Borrell. "Hay que volver a votar", sentenció el ex presidente del Parlamento europeo que, como el presidente extremeño, entiende el desconcierto generado por el fallo del Tribunal Constitucional contra lo que los propios catalanes habían decidido en las urnas.

Si el sí no es mayoritario

La reforma de la Constitución sobre la base de Granada es el camino que marca el PSOE también para el hipotético caso en el que la lista soberanista no sume la mayoría. Se abriría en ese caso escenario también complejo: buscar una alianza que permita la gobernabilidad en Cataluña en plena precampaña de las elecciones generales. En una entrevista con Hoy por Hoy, Miquel Iceta no descartó la posibilidad de forjar una gobierno de concentración, según dijo, sobre la base de un amplio diálogo pero fuentes socialistas ven del todo improbable una foto en la que PSOE y PP compartan gobierno en Cataluña.

A dos días de las elecciones, el optimismo del PSOE es "moderado". En el mejor de los casos, en el partido trabajan con la hipótesis de que el PSC no quede por detrás de Cataluña sí que es pot, la plataforma en la que se integra Podemos. Los socialistas conservarían la pequeña honra de ser primera fuerza de la izquierda, aunque por debajo de Ciudadanos y como tercera fuerza política.

Ante ese supuesto, hay quien dice en el PSOE que se podría plantear la opción de un acuerdo con la formación de Albert Rivera y Cataluña si que es pot, una "alianza de perdedores", utilizando la terminología que el propio Pedro Sánchez usaba para el caso andaluz cuando estaba bloqueada la investidura de Susana Díaz. Allí, como dicen las encuestas que pasaría Cataluña, la diferencia entre la primera y la segunda fuerza política fue importante y sirvió de argumento al PSOE para romper el bloque del no. Según el CIS, la lista independentista puede llegar a sacar 40 escaños a Ciudadanos.

 
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