Tovarnik, la nueva pesadilla del sueño europeo
Los refugiados temen quedarse atrapados en la frontera serbo-croata y aumenta su desconcierto ante la falta de información, asistencia y servicios básicos
Los refugiados esperan en Croacia a retomar su ruta. / Marta del Vado
Tovarnik
Tovarnik se ha convertido en el nuevo cuello de botella de la ruta de los refugiados a Europa. Desde esta madrugada las autoridades croatas han cerrado el paso en su frontera con Serbia al verse desbordada ante las miles de personas que han llegado en las últimas 48 horas.
Tensión entre refugiados y Policia croata. / Marta del Vado
Tensión entre refugiados y Policia croata. / Marta del Vado
Los refugiados dicen que es la peor frontera europea por la que han cruzado. No hay información, una asistencia muy escasa con voluntarios que les dan comida y agua de vez en cuando, sin instalaciones provisionales de letrinas, ni fuentes donde puedan ir al baño o lavarse. La policía croata los mantiene agrupados a las afueras de Tovarnik, desde donde están llegando autobuses que les llevan hacia el norte de Croacia. Pero es una medida claramente insuficiente, salen alrededor de 300 personas cada 2 o 3 horas y sólo ayer llegaron más de 8000. Esta noche han dormido a la intemperie, a las orillas de la carretera o en campos de cultivo.
La incertidumbre, las condiciones precarias en las que tienen que esperar, el cansancio y la falta de información complican mucho la situación para los refugiados, que temen quedarse atrapados en la frontera serbo-croata. Esta mañana ha habido una pelea entre un grupo de jóvenes sirios, según otros refugiados, por conseguir comida.
Con la frontera cerrada, la preocupación aumenta. / Marta del Vado
Con la frontera cerrada, la preocupación aumenta. / Marta del Vado
La caótica situación en la frontera está provocando situaciones de pánico. Ramma, una chica siria, de unos 20 años, pedía ayuda para encontrar a su madre. La mujer se cayó en una zanja y se fracturó una costilla, según la hija, y fue trasladada a un hospital por los servicios de emergencia. Desde entonces Ramma no sabe nada de su madre; ni cómo está, ni dónde exactamente, ni cómo puede encontrarla. Ella está con sus dos hermanos pequeños pero, por supuesto, no quieren proseguir su camino sin la madre. Esta semana ACNUR alertó de la cantidad de personas que se están perdiendo del grupo con el que viajan, incluso niños.
