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Adiós a otro pedazo del siglo XX: descansa en paz, euroconector

Francia deroga la obligatoriedad de que todas las televisiones cuenten con un puerto ‘péritel’

Un conector ‘Scart’, conocido en nuestro país como euroconector / GETTY IMAGES

Madrid

El euroconector está más cerca de pasar a formar parte de los avances tecnológicos del siglo XX que han quedado obsoletos en pocas décadas.

La patronal francesa ha pedido al Gobierno que derogue el decreto que desde marzo de 1980 obligaba a que todas las televisiones vendidas en el país cuenten con este sistema de transmisión de origen galo. Es una de las “propuestas de simplificación” en la industria francesa planteadas por los empresarios que el Ejecutivo de François Hollande va a aplicar.

Petición de la patronal francesa para que el Gobierno derogue la obligatoriedad del Euroconector

Petición de la patronal francesa para que el Gobierno derogue la obligatoriedad del Euroconector / Medef

“El mantenimiento de esta obligación no tiene sentido desde que todos nos hemos pasado a [la televisión] digital”, argumenta la patronal Medef. En efecto, a medida que los contenidos y canales emitidos en digital y en alta definición han ido ganando popularidad en los últimos años, sus características han ido quedando atrasadas en favor de las conexiones HDMI. Por ejemplo, el euroconector admite una resolución máxima de 576 píxeles, cuando ya hay canales de televisión digital que emiten a 720 e incluso 1080 píxeles.

De origen francés, el euroconector se extendió rápidamente por todo el mundo a finales del siglo pasado, salvo en Estados Unidos. En la mayoría de los países se lo conoce como Scart (acrónimo de Syndicat des Constructeurs d’Appareils Radiorécepteurs et Téléviseurs), excepto en Francia, donde curiosamente lo llaman péritel (abreviatura de péritelevisión, en referencia a la conexión de equipos periféricos). Durante décadas ha sido el sistema de interconexión más habitual entre vídeos, DVDs, televisores, cámaras y videoconsolas.

Resolución de aceptación del Euroconector de Fagor en 1990

Resolución de aceptación del Euroconector de Fagor en 1990 / BOE

Su adopción en España, en la década de los 90, supuso una nueva manera de entender el entretenimiento en el hogar.  "De ahora en adelante el usuario utilizará el televisor como pantalla de todo lo que tenga en casa", decía en 1989 Luis Calleja, jefe de productos del grupo Thomson. "Se trata de una tecnología de integración que da paso no sólo a la televisión del futuro, sino que permitirá también la toma unificada de decisiones dentro del hogar: encender la calefacción, bajar las persianas, abrir las puertas, apagar las luces... todo ello desde un mando a distancia", señalaban entonces desde la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas de España. La realidad es que su uso más común se limitó en nuestro país a la transmisión de audio y vídeo.

La obligatoriedad de que todas las televisiones vendidas en Francia contaran con un euroconector tenía como fin proteger a la industria nacional en un mercado copado por los fabricantes asiáticos de aparatos electrónicos. Sin embargo, las autoridades galas jamás lograron su propósito: los japoneses adoptaron el sistema en sus productos y consolidaron su dominio.

Su característico diseño, con 21 pines, permite transmitir todas las señales por un único cable e impide conexiones incorrectas, frente a otros sistemas de transmisión de audio y vídeo como el americano RCA. Su gran desventaja, sin embargo, es la pérdida de calidad si los dispositivos conectados no están próximos.

Los cables y conectores HDMI, los sistemas de transmisión inalámbricos entre dispositivos, como AirPlay de Apple o ChromeCast de Google, y la progresiva desaparición de los hogares de vídeos y DVDs en favor de las televisiones conectadas y los dispositivos móviles han dejado al antes omnipresente euroconector como una pieza más de museo. Ahora se queda sin su último salvavidas, el legal. Descanse en paz y gracias por todo.

 
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